martes, 15 de mayo de 2012

CAMPEONATO DE ESPAÑA UNIVERSITARIO DE TRIATLÓN 2012

Y se sucedían las grandes noticias. Mi hermano Juan y yo recibimos la confirmación que habíamos sido seleccionados para representar a la Universidad de Cantabria en el Campeonato de España Universitario de Triatlón que se celebraría en Puzol, Valencia. No habíamos podido todavía acabar juntos ninguna carrera esta temporada y lo haríamos nada más y nada menos que en un Campeonato de España. La Universidad de Cantabria hacía historia con record de participación en los CEU de triatlón con un equipo formado por 4 chicos y 3 chicas: Sergio Muñoz, Pablo Rodríguez-Rubio, los hermanos Martín Sarobe, Juan y Pablo, Gabriela Ferreira, Sandra Garrido y Cristina Ruiz que debutaría en un triatlón, y con Carlos Cobo como capitano de la expedición cántabra. Yo ya había participado en este Campeonato hacía dos años en Alicante, y para mí fue toda una sorpresa regresar, pero aquí estaba, disfrutando más si cabe que la primera vez ya que después de las lesiones del pasado año del pie y el hombro, para nada imaginaba que volvería a vivir esta experiencia.

 A las 6am del viernes 11 de mayo partíamos en autobús rumbo al Mediterráneo recogiendo en Bilbao y Vitoria a los equipos vascos de la UPV y de la Universidad de Mondragón, que traían a los hermanos Berasategui como delegados. El buen ambiente reinó durante el viaje con comida en Calamocha y llegada con casi 30 grados de temperatura al hotel ubicado en Burjassot, a las afueras de Valencia. Rápidamente nos enfundamos nuestros maillots para ir a reconocer el circuito a Puzol. Desde unos boxes de barra y perfectamente enmoquetados, algo alejados del agua pero muy bien organizados, salía el recorrido de la bicicleta completamente llano que recorría campos de naranjos y polígonos fantasmas. Las ganas de que llegara el día de la carrera eran inmensas. Cena con el resto de universidades, reunión técnica, reparto de dorsales y los nervios a flor de piel.

Todo preparado para el gran día

Llegaba el día. La prueba masculina comenzaba a las 13h mientras que las chicas saldrían a las 15h. Afortunadamente una suave brisilla mitigaba algo el calor. Como el año pasado la UC se había clasificado en Pontevedra 11º por equipos, gracias a Sandra y Sergio que este año repetían, elegimos de los primeros en la cámara de llamada colocándonos en el extremo izquierdo sobre la arena de la playa enfilados hacia la primera boya. El sector de natación, de 750 m constaba de dos boyas que había que dejar al hombro izquierdo, formando un rectángulo. Bocinazo al estilo Fede, al despiste, y a correr al agua, que estaba muy buena de temperatura. Ya en los primeros metros vi que no tenía el ritmo óptimo y me descolgué del gran grupo. Iba muy lento pero sin embargo no me costó completar el sector de natación. Simplemente no tenía fuerza ni velocidad. Salida a playa con los ánimos de Cobo y carrerita a boxes donde sólo quedaban cuatro bicicletas. Un tanto contrariado rápidamente recobré el ánimo ya que al fin y al cabo eso entraba en el guión después de haber pasado tanto tiempo parado. Ya era un triunfo estar allí y lo sabía muy bien. Además llegaba la bicicleta, aunque no gozaría de ninguna clase de repechos para recortar mucho tiempo.

Completamente llano y completamente en solitario. 23 km de contrarreloj individual. Pasé a dos triatletas nada más salir, pero ninguno pudo serme de ayuda y se quedaron. A partir de ahí no volví a ver a nadie durante 10 km entre naranjos y un tramo de autovía donde había que darlo todo. Se notaba algo el aire y había que acoplarse. Al buen ritmo que estaba llevando estaba convencido de que tenía que alcanzar a alguien. Pero nada, nadie por delante ni por detrás. Tan sólo con el ánimo de las guapas chicas de la organización apostadas en cada cruce y camino. En el polígono me crucé con cabeza de carrera. Un hombre en solitario seguido de numerosísimos pelotones que iban volando. De la UC primero pasó Sergio, que acabaría el 33º, a punto de alcanzar un grupo, poco después Juan. Delante de mí, en una larguísima recta podía vislumbrar unos pocos triatletas tomando una rotonda. Cogí referencias y me llevaban casi dos minutos. Pero estaban allí delante y a por ellos fui. Mi compañero Pablo debía ir por ahí. Cada rotonda me servía de referencia e iba recortando segundo a segundo. Vaya persecución. Antes de salir de nuevo a la autovía, conseguí alcanzar el primer grupo. Unos segundos de descanso y para adelante de nuevo en solitario ya que su ritmo no me favorecía para seguir recortando. Ya en la autovía otros dos, y lo mismo. Cayeron otros cuantos más, pero mi objetivo era al menos alcanzar a mi compañero. Y a tres de meta, ya entre los campos de naranjos le di caza. Ya juntos, tiré de él para completar la bici y llegamos juntos a la segunda transición recuperando algún puesto más.

Transición rapida, no como la primera, y a correr con los ánimos de las chicas del equipo dando aliento. 5km por delante con dos vueltas al paseo de la playa sobre acera. Había que acabar. El largo paseo sin referencias se hizo durillo, pero cogí un ritmo constante que logré mantener firme hasta el final, sin pensar en lo que quedaba, al menos la veteranía servía de algo. Logré recuperar alguna posición más aunque ya quedaban pocos en carrera. A pesar de ir de los últimos, la llegada a meta fue super emocionante para mí. No pude disimular una sonrisa de oreja a oreja de satisfacción y alegría en los metros finales. Algunos pensarían que habría ganado, porque lo celebré como tal, pero no, llegaba en el puesto 100º. La sensación fue indescriptible. Sencillamente espectacular. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y una vez más los ojos hicieron amago de humedecerse al recordar los "dias rojos" que había pasado hacía apenas unos pocos meses atrás y verme ahora ahí sin dejar de tener presente en esa linea de meta a quienes nunca me dejaron de apoyar. Con mi hermano que acabó el 76º, esta vez sí, ahí en meta también, había concluido mi primer triatlón otra vez. El regreso soñado. Increíble. Realmente después de una lesión se vuelve con más fuerzas, ganas e ilusión, y cada paso adelante se valora infinitamente más. Todo un sueño.

Con el trabajo cumplido y la inmensa satisfacción, no tardé en recuperarme. Los zumos de naranja recién exprimidos que nos daba la organización ayudaron y mucho, qué ricos y qué lujo. Se notaba que estábamos en Valencia. Llegaba sin demora el turno de las chicas. Sin haberlo comentado con ellas se colocaron en el mismo cajón que nosotros por la izquierda. Bocinazo y nuestra mejor nadadora, Sandra, hizo una buenísima salida. Ella y Cris eran de las pocas que no llevaban neopreno, por lo que los colores de la UC brillaban por encima de todas, y encima en cabeza. Poco más de 11 minutos tardó Sandra en salir del agua ocupando un espectacular 15º lugar. Fueron saliendo todas las triatletas por el pasillo. Realmente emocionante ver la carrera de las chicas también. Ya en una zona más trasera salió Gabriela y después una heroica Cris que conseguía completar el primer sector.

El sector de bici marcó la diferencia. La triatleta de la UNED Marta Jiménez, sacó una ventaja irrecuperable para el resto y a la postre se proclamaría campeona de España por delante de Estefanía Domínguez y Tamara Gómez. Sandra que había perdido algunas posiciones realizó una buena transición y pisándole los talones llegaba una brava Gabi tirando de su pelotón habiendo recuperado mucho. Gabi también corrió conmigo en Alicante y fue una alegría reencontrarnos este año en Valencia. Al final acabarían juntas ocupando la 41º y la 42º respectivamente. Poco después llegaría Cris acabando su primer triatlón y haciendo historia para la Universidad de Cantabria, logrando acabar los 7 miembros del equipo. ¡Enhorabuena a todos!

La Universidad de Cantabria ocuparía la 12º posición, igualando prácticamente el puesto del año anterior en Pontevedra y mejorando el del 2010 en Alicante, así que objetivo cumplido y con creces. Además este año la participación de universidades fue más elevada por lo que comparativamente se puede considerar todo un triunfo de este equipo con Cobo a la cabeza. En categoría masculina ganó Oscar Vicente de la Univ. de Vigo escoltado por los triatletas de la Politécnica de Madrid Vicente Hernández y Rodrigo González. Por Universidades La Universidad de Valencia fue la campeona de España por delante de la Complutense de Madrid y la Univ. de Alicante. Una fiesta a orillas del Mediterráneo.


El fin de semana concluyó volviendo al hotel en bici desde Puzol a Burjassot con los vascos. Teníamos ganas de más. La cena y la "reunión técnica post-carrera" sirvió para compartir historietas, anécdotas y para cerrar una gran experiencia y un gran viaje. Algunos nos acercamos a Valencia por la noche también para celebrarlo, y a la mañana siguiente nos montamos de nuevo todos en el autobús para volver, tras unas cuantas horas, a nuestra fresca y querida Cantabria, con los deberes bien hechos, nuevos amigos y otra gran experiencia en la mochila, pero sobretodo, con la sensación de haber logrado alcanzar otro gran sueño

Grimpeur!

jueves, 10 de mayo de 2012

Puertos míticos de los Pirineos 2012

Como en octubre de 2010, Javier puso en marcha un ambicioso viaje para atacar los puertos míticos del Tour que nos habían quedado pendientes en la zona de Luz St. Sauveur, el corazón del Pirineo francés. El pelotón en esta edición contaba con 7 integrantes, dos de los cuales debutaban en los Pirineos, Andrés y Nacho juntándose a Diego, Jose Luis, Carlos, Javier y Pablo. Juan y Javi fueron dos notables bajas. Con una furgoneta que más bien parecía un autobús pusimos rumbo una lluviosa madrugada de Jueves Santo a las carreteras francesas en las cuales lo que más sorprendió nada más pasar la frontera fueron las máquinas excavadoras prácticamente extintas en la maltrecha economía española.

Las ganas e ilusión nos hicieron obviar que abril en los Pirineos no era lo mismo que octubre. Las previsiones no eran malas, sino malísimas con aviso incluso de nieve, pero había que intentarlo. A mediodía del primer día llegamos a la residencia Val de Roland que conocíamos bien, y tras unas exquisitas tortillas de patata nos vestimos para afrontar el primer gran puerto de esta aventura: Hautacam.

Comenzamos con los chubasqueros enfundados y bajo una fina lluvia descendimos el tramo entre Luz y Argeles-Gaszost que cogimos “cariño”. Un tramo de agradable llano precedía al inicio del puerto que constaba  de 16,3 km al 7,5km. Tranquilos ganamos altura poco a poco superando buenas rampas que caracterizan el transcurso del puerto y a 5km de la cima se desataron las hostilidades. Fue sin duda el tramo más duro de los tres días. Rampones. Andrés tomó la delantera aunque Javier y Jose Luis  nunca llegaron a perderle de vista. Andrés superó la estación de Hautacam y para desgracia el resto continuó y coronó Tramassel 2km más arriba. Jose Luis y Javier se jugaron el segundo y tercer cajón tras un bonito duelo, como bonita fue la lucha por el cuarto y quinto entre Pablo y Carlos, sucediéndose las crisis y recuperaciones en ambos. Durísimo. Nacho y Diego lograron alcanzar la cima poco después consiguiendo bravamente el primero de los objetivos bajo una leve niebla. Un precioso descenso, avituallamiento y ascensión a Luz con las fuerzas mermadas, pero no lo suficiente para luchar por la victoria de etapa que se llevó Jose Luis por delante de Pablo y Javier después de una agónica y ya mítica última recta a la entrada del pueblo. La piscina, jacuzzi y sauna fueron un merecidísimo premio a esta etapa de 66,7 km. Y un rico arroz de Diego puso final al primer día.

 Todo el grupo con Argeles-Gazost desde la ascensión a Hautacam

 Subida a Hautacam

 Coronando Hautacam-Tramassel

 Vencedor en Hautacam-Tramassel

Duríisimo!

Diego y Nacho coronando Hautacam


Entre los ganadores de etapa de Tour de Francia en Hautacam

A pesar de las previsiones, el segundo no amaneció malo, aunque lamentablemente supuso la baja de Diego que había caído enfermo. Como día grande, habíamos elegido coronar el Aubisque superando antes el Soulor, lo que supondrían casi 100km de etapa. Preparamos las previsiones y ropas de abrigo porque el día iba a ser largo, y comenzamos a dar pedales. De nuevo bajamos a Argeles Gaszost y una vez allí nos desviamos hacia el Oeste para atacar la primera parte del Soulor, que se alargaba durante unos 7km para alcanzar otro bonito tramo de falso llano atravesando bonitos pueblos franceses y con unas amenazantes montañas nevadas cerrando el valle. En Arrens comenzaba el verdadero puerto. Una subida preciosa y muy tranquila de 8km que cuyas rampas sin embargo no bajaban del 8%, aunque se hizo mucho más llevadero que Hautacam. Quizá las piernas iban cogiendo tono. Hubo disputa a 2 de la cima por coronar, Andrés sin rival abandonó el pelotón con insultante superioridad. Atrás Javier rompió el grupo y sólo le pudo responder Pablo que a falta de 1km perdió rueda. Segundo y tercero respectivamente. Jose Luis que se reservaba para el Aubisque cometió el error de ser conservador, porque el Aubisque nos brindaba una amarga sorpresa.
Subida del Soulor

Ascensión del Soulor

 Col du Soulor

De la cima del Soulor salía la bajada de tres km para comenzar el Aubisque de unos 7km pero una barrera cortaba la carretera. Pensando que nuestras bicis no tendrían problema decidimos continuar. No había mucha nieve, pero la que quedaba cubría la calzada en forma de neveros. Unos paisajes espectaculares, las nubes cubriendo las cimas y los bosques de hayas rojizos queriendo abandonar el invierno. Pero el invierno aún estaba en el Aubisque y no pudimos continuar hasta la cima por los neveros y desprendimientos que hacían impracticable la ascensión. Habíamos llegado hasta donde nos fue posible y por ello la satisfacción fue igualmente grande, y los paisajes salvajemente increíbles. Iniciamos la vuelta. Rápido descenso a Arrens, donde repusimos fuerzas y rumbo Argeles de nuevo. Estaba siendo un etapón pero quedaba el temido último tramo entre Argeles y Luz. Andres nos subió a buen ritmo bajo una intensa lluvia y a unos 4 para meta decidí probar fortuna ya que sabía que mis condiciones no me brindarían las mismas oportunidades este año que el anterior. Pero Andrés esta vez no permitió sorpresas. Personalmente no podía pedir más, después de un año en el dique seco, estos Pirineos suponían mi regreso, y el simple hecho de estar ahí era ya todo un triunfo, además encontrándome cada día mejor. Con un agradable paseo a pie hasta el Puente de Napoleón III hicimos más hambre si cabe para que a la noche, las famosas almóoondigas de Tinuca volvieran a triunfar en la mesa de unos hambrientos ciclistas.  

Col d'Aubisque

Carretera del Aubisque cortada

El tercer y último día tuvimos otra baja que se sumó a la de Diego, Jose Luis. El pelotón quedaba reducido a cinco hombres pero sin embargo el día amaneció climatológicamente perfecto, con un sol radiante que permitía ver las blancas cimas de las montañas que rodeaban Luz St. Sauveur. Nuestro objetivo hoy: Gavarnie-Boucharo. Por la preciosa carretera que asciende suavemente pasando el Puente de Napoleón, llegamos al bonito pueblo de Gedre desde donde en 2010 atacamos el Circo de Troumousse. Este año tocaba el de Gavarnie. La subida se endureció un poco pero las impresionantes vistas de las paredes de más de 3000m que iban apareciendo frente a nosotros nos hizo disfrutar inmensamente del recorrido hasta nuestra llegada al pueblo de Gavarnie donde pudimos contemplar una excepcional vista del Circo de Gavarnie, Patrimonio de la Humanidad. Tras sus paredes, España. Nosotros cogimos una carretera hacia la derecha, al Oeste, que rápidamente empezó a ganar pendiente fuertemente. Boucharo. Curvas de herradura, desaparición del arbolado e increíbles riscos. Con duras rampas ganamos altura y alcanzamos la cota de nieve. La carretera perfectamente limpia y en las cunetas y laderas decenas de marmotas. ¡Qué paisaje! Andrés, Javier y Pablo se entretuvieron con unas marmotas y Carlos y Nacho no quisieron desaprovechar la oportunidad. Con un buen ritmo continuaron ascendiendo con fuerza. Hemos de alabar la persistencia de Carlos y sobretodo de Nacho que con menos kilómetros que nadie se atrevió a embarcarse en esta aventura de la que estoy seguro ha vuelto con una satisfacción inimaginable. Javier, Andrés y Pablo iniciaron la persecución y la llegada a la Estación de Les Especières estaba próxima. Javier no pudo aguantar el ritmo y Pablo también se quedó. La escapada parecía que iba a llegar pero una nueva exhibición de Andrés evitó la victoria de Carlos que había atacado a su compañero de fuga y que finalmente se quedó con la miel en los labios. Carretera de nuevo cortada. A una altitud de más de 1800m habíamos llegado al final, ya que a partir de allí hacia Boucharo (Bujaruelo en España) todo estaba cubierto por la nieve. 

Rumbo a Gavarnie

 Circo de Gavarnie

 Ascendiendo Gavarnie-Boucharo

 El campeoni

Col de Boucharo

Preciosa subida a Boucharo

 Tirando a por los escapados

A la caza 

Estación de las Especiéres. casrretera cortada

La satisfacción llegó a más cuando vimos aparecer la furgoneta con Diego y Jose Luis pudiendo compartir todos las maravillosas y espectaculares vistas de este puerto. Iniciamos la última bajada del viaje disfrutando de cada kilómetro. Una gozada. Pasado Gedre, Nacho, que estaba en su mejor jornada desde que llegamos, lanzó un hachazo ante la indecisión del pelotón. Sin entendimiento alguno, abrió un importante hueco. A poco del final se inició una sucesión de ataques que acercaron al grupo. El nerviosismo reinaba en el pelotón con Nacho delante y se aproximaba la última larga recta con la llegada a Luz. Se lanzó el sprint atrás y de nuevo con una asombrosa superioridad, Andrés venció en la última llegada superando a Nacho. Disfrute máximo!

Las previsiones eran las peores pero al final hasta pudimos despedirnos con un increíble día de sol. La experiencia del año anterior nos ayudó a mitigar el frío que no melló a los corredores y el compañerismo fue el auténtico protagonista, junto a las 103 almóondigas. Gran viaje, grandes sensaciones y una satisfacción infinita. Una vez más, otro gran sueño hecho realidad.


Ni rastro de las almóoondigas!
Grimpeur!

lunes, 7 de mayo de 2012

I DUATLÓN DE RIBAMONTÁN AL MONTE

En estos tiempos de crisis, lejos de desaparecer carreras, es de alabar la aparición de nuevas pruebas en el circuito cántabro de duatlón. Es el caso del duatlón de este pasado fin de semana en el municipio de Ribamontán al Monte. Con un precioso día soleado, anunciando la verdadera llegada de la primavera, nos dimos cita en la bonita localidad de Villaverde de Pontones donde se disputaba la prueba. El conjunto de la Universidad de Cantabria contó con una notable participación con Iñaki Galilea, los hermanos Martín Sarobe, Dani Lanza, Cobo, Alex Perez, Germán, Cadavieco y las chicas Patricia y Sandra, que a la postre conseguiría la victoria en su categoría Sub23.


El circuito a pie constaba de dos vueltas de 2,5km por el pueblo con un par de repechos que endurecían algo el recorrido. Se salió rápido y pronto se estiró el pelotón. A título personal, después del éxito de la primera carrera en Reinosa, salí demasiado rápido la primera vuelta y lo pagué en la segunda, pero pronto llegaría la bici.

El sector de bicicleta, que acertadamente habíamos reconocido el viernes anterior, era corto pero duro, completando un circuito circular llegando al alto de Jesus del Monte y regresando hasta Villaverde de Pontones. Nada más coger la bici, los repechines hacia Omoño se sucedían y a mitad de recorrido la subida de 2km a Jesús del Monte marcó este segmento. Nada más salir, recibí el revés moral, aunque más fue para él, de ver a mi hermano Juan en la cuneta pinchado. Hoy tampoco íbamos a poder acabar juntos la prueba. Recobré sensaciones y recuperé bastantes posiciones, y junto a Dani Lanza y Lavín del Ozono y Cuesta Salas del Polanco, los mismos que en Reinosa, cogimos un fuerte ritmo hacia delante. Esta vez el drafting (ir a rueda) no estaba permitido y cada uno tenía que tirar con lo que tenía. Dani realizó una buena subida al alto y en el tramo siguiente de bajada y llano, cogí ventaja y a un grandísimo ritmo alcancé otro par de grupines hasta llegar a boxes a la altura de Cristina Alles que ganaría en féminas.

Transición perfecta y rapidísima en unos boxes llenos de gente animando. Así da gusto. Y últimos 2,5 km a pie. Junto a Cristina Alles superamos el repecho del cementerio y sólo restaba llegar hasta un cono, que valía para hacerte una idea  de la posición de carrera, y volver al pueblo.  Alles me dejó, pero mantuve un ritmo fuerte y con buenas sensaciones. La llegada a meta de nuevo fue emocionante con toda la gente que hoy me pareció que aplaudía más que nunca. Otra prueba más conseguida. El buen ambiente reinó durante toda la jornada y esperemos volver el año que viene a este duatlón que me pareció precioso.








Ahora queda un reto más, que esperemos no tarde en cumplirse más de una semana, y es lograr acabar una carrera junto a mi hermano. Y será con agua de por medio, y no precisamente en el Cantábrico, sino en el Mediterráneo. El próximo viernes viajamos ambos a Valencia para representar a la Universidad de Cantabria en el Campeonato de España Universitario de Triatlón. ¿Quién me lo iba a decir a mí hace unos meses? Otro premio y otro sueño! ¡Continuamos adelante y aquí lo contaremos!

Grimpeur!