martes, 29 de abril de 2014

Duatlón de Polanco 2014. Reencuentros en el Cto. Regional

26 de abril, sábado por la tarde y campeonato regional de duatlón en Polanco. Duatlón mítico y duro. Algunas bajas por el temido perfil del circuito a pie y el exigente circuito en bici a las que se sumaron alguna otra baja de última hora por el día lluvioso que amaneció, lo cual se preveía se mantendría durante toda la tarde. Este es un duatlón que me encanta: es larguillo, duro y el circuito en bici tiene de todo, un clásico en mi calendario siempre que he podido correrlo y este año llegaba muy bien. Está siendo una temporada muy completa y era la octava prueba del año y sexto duatlón. Ojalá podamos seguir este buen ritmo de carreras.

Con bastante tiempo nos presentamos en Polanco Ibarguren y yo y aparcamos sin problemas. Pronto vimos que los boxes cambiaban de ubicación. Se quedaban pequeños los habituales boxes junto al ayuntamiento. Había dejado de llover y, animados, departimos con los amigos del triatlón, buena gente y buen ambiente como siempre, y nos reencontramos con un mítico de aquel Dream Team de la Universidad de Cantabria con el que empecé en esta aventura. Dani Lanza que vestía nuevos colores, los del madrileño Aguaverde. Qué ilusión volver a compartir carreras. Aquel mítico Dream Team de la UC merece una entrada a parte. Nombres como Hugo Cagigas, Juanjo, Iñaki, Manu Díaz, Iriondo, Dani Lanza, Alex Flores, mis hermanos Andrés, Javier y Juan, yo… todos iniciamos nuestra andadura de la mano de Pablín Ibarguren quien nos descubrió esto. Un equipo que vio aparecer a grandes nombres del triatlón cántabro que copan ahora los primeros puestos de la clasificación, nombres como Esteban Cerro, Marcos Bardón, Iván Cazorla, Pelayo Menéndez o Felipe Santamaría vistieron los colores de la UC. Hoy, aunque defendemos distintos colores, mantenemos una bonita relación y un espíritu que nos une y que nació bajo ese trimono rojo y azul de la cantera de la UC. En la actualidad, la UC se ha regenerado y de los míticos de aquel Dream Team no queda nadie, salvo Cobo e Iñigo y Galilea que empezaron más tarde, pero estoy seguro que seguirá dando nombres de cara al futuro, pues la gente que conozco y que forma parte del equipo tiene ilusión y ganas de competir. Sólo falta que no sigan recortando el apoyo que esta institución pública estaba dando a un deporte tan bonito y que aporta tanto como este.

Reencuentro del Dream Team. Ibarguren, Dani Lanza y yo. Foto: Dani Lanza

Pese a ir con mucho tiempo, nos entretuvimos entre charla y charla y metimos el material a boxes de los últimos y calentamos brevemente, pues la carrera saldría con puntualidad. No tantos como en otros duatlones, 122 corredores, pero no faltaba prácticamente ninguno de los favoritos para disputarse el Campeonato Regional. El cielo respetaba y aunque completamente nublado, la temperatura no era mala. Por delante 6,4 kms a pie, 27 kms en bici (drafting no permitido) y 3,2 km para acabar de nuevo a pie.

Salida! El temido circuito a pie, como siempre, consistía en dos exigentes vueltas de 3,2 km, iniciando el giro en una bajada, serpenteando por una zona sinuosa y arbolada de captaciones de la Solvay y tomar la carretera de vuelta al pueblo que ascendía mediante dos repechones por la amplia calzada que hacía infinita la subida. Ya son muchas veces las que he sufrido aquí y me sé el camino de memoria. Durante la semana, durante los entrenos en bici por la zona, había comentado con mi compañero Martín la estrategia a seguir. El año pasado, llegando en un gran momento a pie también, opté por tirar a muerte en este primer sector, cosa que pagué luego en bici. Hoy, trataría de reservar algo más durante los 6,4 kms iniciales y llegar con más fuerzas para los siguientes sectores. Sin embargo, con esa bajada inicial era difícil reservar. Piummm! Como locos para abajo! Me posicioné demasiado atrás en la salida y en la bajada decidí recuperar puestos. En la zona llana estabilicé y en la subida me vi subiendo con mis compañeros Cifrián y Poo, fondista nato, que llevaba un ritmito buenísimo y con el que subí toda la cuestona intentando no gastar de más. En el pueblo me pasó Grijuela, que iba de menos a más. Seguí a mi ritmo ‘reservando’, colocándome detrás de un duatleta del Campoo-Reinosa que me defendió del aire que soplaba gallego de cara antes de la segunda subida. Sólo faltaba la ascensión final repartida en los dos repechones. Tenía fuerzas y apreté. Agradecí el trabajo al del Campoo animándole y recuperé algunos puestos antes de llegar a boxes sobrepasando a Cifrián y Poo y cogiendo la bicicleta el quinto del equipo tras Pelayo, Chisco, Javi Bravo y Grijuela.

Rampona del primer sector a pie con buena cara y con Poo. Foto: Pablo Gutiérrez

Los boxes, bien montados para igualar las transiciones, se hicieron kilométricos, y la transición fue larga. Cogí la bici con ganas comentándolo con César Herrera que hoy actuaba de juez: “¡¡Ahora empieza lo bueno!!”. Ufff… pese a no haber forzado mucho corriendo, cómo me pesaban las piernas! Máss de lo habitual, y me quemaban en las primeras pedaladas fuertes tras la bajada que coincidía con el repechón de subida a pie. Pronto vi a mi compañero Martín con la cabra que me alcanzó antes del primer repecho camino a Sierrapando. Ahí superamos a Grijuela que parecía que le costaba coger ritmo. Le animé y le dije que quedaba mucho, que las piernas le responderían. Yo me iba encontrando mejor y en Torrelavega cacé a Javi Bravo. Me había superado alguno pero estaba recuperando puestos. Pero cada vez era más difícil. Tramo de curvas hacia Zurita, bajadilla y larguísima recta de Zurita con viento a favor. Grijuela me había superado y le volví a pasar todo lo acoplado que podía y con prácticamente todo metido rodando a unos 45-50 km/h por la recta. Cruce a la izquierda para tomar la carretera del Paraíso del Pas por Salcedo, y fue en Salcedo cuando me atrapó un “grupo” de unos 6-7 corredores. No iban a rueda, pues el drafting no estaba permitido, pero se iban siguiendo la estela y al mismo ritmo, con Bauti tirando como loco a la cabeza. Javi me pasó pero le volví a pasar antes del Paraíso del Pas. Repechín de la Bajo Pas en Oruña y tras bajar, cogimos la carretera de Torrelavega para afrontar el Alto de Pedroa… con el viento en contra ahora. Se hizo duro, pero conseguí mantener un buen ritmo. De repente, me pasó por la izquierda una bala verde, era Dani Lanza! Ese Dani!! Grité! Qué bien iba! No pude mantener su ritmo y seguí al mío dejando atrás a varios integrantes del grupillo. Este año si que iba bien, no como el año pasado, cuando aquí se me subieron las bolas de los muslos por el esfuerzo, aunque echaba de menos algo más de chispa en las piernas. Dani y Grijuela, que iba a más se fueron, y este último alcanzó a Martín al cual veía en la lejanía. El viento pegaba, pero pegaba para todos. Costó pero ya estaba arriba no muy lejos de Dani. En la rápida bajada, a pesar de ir a tope, me alcanzó el grupillo con bicis que parecían aviones, por primera vez me vi en inferioridad ante esos pepinos. Yo sigo contento con mi Orbea Gavia de aluminio, pero en estos tramos, esas maquinotas con esas ruedas de perfil se ve que van mucho más rápido que la mía, como la de mi compañero Carrera que me pasó acoplado como una moto. Pero todavía tenía piernas. Últimos repechos junto a la autovía con el viento como enemigo más que la pendiente, giro a la izquierda y último tramo ascendente con el asfalto roto hasta Polanco junto al sub23 del Campoo Carlos García. Por tercera vez se me salió la cala… toca cambiar y más aún con lo que me pasaría al entrar a boxes. Alcancé a Dani e hice el último esfuerzo para llegar con él a los boxes y sacar así alguna buena foto que inmortalizara el reencuentro en carrera, como así fue. 

Llegando a boxes junto a Dani. Foto: Dani Lanza

Pero al bajarme de la bici, habiendo sacado los pies de los botines con tiempo,  uno de ellos, el izquierdo que se me había salido anteriormente, se desprendió del pedales en el momento de empezar a correr con la bici en la mano. Vaya… nunca me había pasado. Vi mi botín en el suelo y nada… sólo quedaba dar la vuelta y cogerlo. Perdí unos segundos preciosos, además llegábamos muchos duatletas a la vez. Con resignación, lo cogí y realicé la transición como si no me hubiera pasado nada. En boxes vi a Dani buscar como loco su sitio por lo que salió detrás mio. Dos incidencias que nos hizo a ambos perder bastante tiempo.

Empecé a correr, un poquitín desanimado. Mi compañero de equipo Carrera era mi objetivo, pero ya estaba muy muy lejos, además le ví con un ritmo muy sólido y en vez de recortar, parecía que me iba sacando metros. Una breve mirada atrás me permitió ver no muy lejos de mi el trimono verde de Dani. Reestructuré mis objetivos, ya que acabar entre los cuatro primeros de mi equipo era ya imposible con Pelayo y Chisco disputando los primeros puestos de la clasificación y Grijuela y Martín ya inalcanzables y sin ni siquiera a la vista. Sólo Carrera, quinto, podría estar al alcance, pero mis esfuerzos se centraron en controlar a Dani y si me cogiera y fuera posible, entrar juntos a meta. Centrado en mantener un ritmo y sin mirar atrás fui tirando para adelante guardándome algo. Sólo cuando llegó el momento de afrontar el último de los repechones, miré atrás y vi que Dani había desaparecido. Sin nadie próximo delante y sin nadie detrás, me dejé llevar y encaré la dura subida muy tranquilo y disfrutando. Aunque la verdad como más disfruto es llegando con alguien y disputando de verdad la llegada. Entero y con una sonrisa saludando a la cámara de la hoy fotógrafa Cris Ruiz, finalicé el Duatlón de Polanco 2014 en 1 h 28’ 40’’, entrando el 59º de 122, y sexto del Camargo Astillero que finalizó por equipos en quinta posición por apenas 3 segundos sobre el Campoo-Reinosa. Bien luchada cada zancada y pedalada equipo porque valió más que nunca!!!

Llegada disfrutando y saludando a la cámara. Foto: Cris Ruiz

Triplete del Santander con Pando, Jubera y Gutierrez copando el podium, cuarto fue Felipe y noveno entró nuestro Pelayo cuajando una gran carrera en un duatlón que no le favorecía tanto. Sin embargo, no hay quién le saque del top10! Alles, incombustible, ganó en féminas.


Con una ligera sensación de haber hecho buena carrera pero de no haber tenido que dar todo lo que podía dar, el cuerpo y la mente me pide más. Una sensación rara porque, pese a haber llegado muy entero, no estoy del todo satisfecho. Corrí controlando muy bien el primer sector, en bici fui a todo lo que daba, un poco de mala suerte en la T2 y sí que es cierto que en el último sector me dejé llevar un poco, pero realmente no me jugaba ya mucho. Pero bueno, estoy haciendo bien los deberes, a pie estoy fuerte y sólido sobre todo, en bici estoy acumulando muchos kilómetros disfrutando de las carreteras de Cantabria un montón con buenos etapones y en las carreras estoy cumpliendo y compitiendo bien! Pero me falta un puntín más para conseguir hacer algún puesto o para cumplir el objetivo de puntuar para el equipo! Ganas de conseguirlo no me faltan y esperemos seguir ahi para dejar de rozar el palo y marcar por fin en los dos bonitos duatlones que restan para cerrar la temporada, Cabezón y Ribamontán al Monte! Aparte, hay ganas ya de tri, esta semana pasada nos estrenamos en el mar, el agua fría, pero no tanto para ser aún abril, y a falta de poco más de un mes para dar comienzo a la temporada, habrá que centrar esfuerzos en mejorar lo que se pueda la natación. Esto no para!!

Grimpeur!!

1 comentario:

  1. .... Joder que crónica mas guapa.... leer eso de los 3 segundos y sentir que no he dado todo, al ver que ni un puto calambre ni un puto signo de haberlo dado todoooo me pone malooooo... ya no me pasa más.... parecía un persa el sábado... mecawen la putaaaaa pa la próxima mínimo cuartoooos.. Ahuuuuuuu!!!!!

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