lunes, 22 de septiembre de 2014

Trail Vega de Pas, 24 km con encerrona fnal... ufff!!

Hacía meses mi primo Luis me anunció la aparición de un trail que podría ser antológico y por una zona emblemática y espectacular, la Vega de Pas y los Túneles de la Engaña. Con ello en la mente, pero sin tenerlo marcado en el calendario, no fue hasta el último mes cuando me terminé de calentar y me apunté sin dudarlo, a pesar de la proximidad de la última tanda de triatlones de septiembre. No podía faltar a la cita.

Trail Vega de Pas. Foto: Rodri González
14 de septiembre, domingo 8 de la mañana y allí estaba ya en la Vega después de haber salido de trabajar a las 21h el día anterior y de haber dado una vueltuca por el Rio de la Pila que estaba en fiestas. Me costó irme para casa a la noche, pero mereció la pena con creces. La llegada a la Vega, con el sol levantando y las laderas y cabañas pasiegas esperando inmóviles en el tiempo, me puso la piel de gallina, y en soledad, disfrute del momento acordándome de los que podrían haberme acompañado hoy y, por lesión, no pudieron asistir. Ánimo, que ya sabes, que pronto se sale del pozo y se vuelve a volar en nada!!

A las nueve en punto estaba preparado ya en la salida. Saludé a Rodri González que no fallaba a la cita como fotógrafo y a mis compañeros de curro Sara y Emilio, el cual me dijo que esta no era mi salida!! Los andarines salían a las 9am, y los corredores, mi carrera, con 24km por delante, salíamos a las 10am. Ouuchh… que despiste, y primer contratiempo, pues a las 13.30h había quedado con mi afición y familia, que se venía a la Vega desde Cóbreces, para comer en Casa Frutos! ¿Sería suficiente tiempo para acabar una carrera que se preveía tan dura como decían?

Antes de mi salida, por fortuna me encontré con Hervás que debutaba en este tipo de carreras, estaba seguro que no tendría problemas después de haberle visto subir de esa manera aquella vez que subimos a Peña Vieja desde Fuente De por la Jenduda. Y también nos encontramos a Vifti de Reinosa, del cual ya sabía que zapateaba pero bien, y que andaría adelante.

10 am y arco de salida desde la plaza de la Vega. Saludé a Manu de Cóbreces y mientras hablábamos se dio la salida. 24 km, el sol comenzaba a apretar y por lo que sabíamos el recorrido constaba de dos subidas fuertes. La primera al inicio, para bajar seguidamente por el bosque de Landaruz hasta el camino del Aján, subir a los túneles hasta la estación de Yera y, una vez cogida la carretera de las Estacas de Trueba, iniciar en el km 18 la segunda de las ascensiones que atacaba la ladera directamente para coronar el Cornezuelo y bajar en picado a la Vega de Pas para acabar… uff lo que quedaba por delante!!

Primer par de kilómetros por la carretera hacia abajo dirección Viaña. Único tramo de asfalto donde los primeros salieron lanzados con Javi Crespo a la cabeza, pero pronto nos desviamos a la izquierda, con la presencia de mi compañero Grijuela con la bici animando, e iniciar la primera de las subidas por camino de tierra. No la conocía para nada, pero subí muy ligero y a buen ritmo. Empecé más fuerte de lo planeado, pero el escaso margen horario que disponía para llegar a comer, me hacía no perder ni un minuto y tiré para adelante. Subí realmente bien. Nos metimos por una pistuca de tierra ya casi por la divisoria entre los vallejos del Aján y Viaña, pero tirando más hacia esta última vertiente. Km 5 y el fotógrafo Rodri me dio buenos ánimos. 

Paso por el Km5. Foto: Rodri González
Mi primo Luis, que hoy estaba en la organización, me dijo que estaría en este avituallamiento, pero no estaba, más adelante le encontraría. Empezamos a pasar a los andarines y cruzamos la divisoria para comenzar la bajada por el bosque. Que bosque más guapo. Atravesamos por una estrecha senda el primer tramo de la selva y nos tiramos para abajo como locos! Qué bonito enclave!! Algunos bajaban como cabras, a mí me falta mucho por aprender, y con cautela fui descendiendo, nada despacio tampoco, y en un tramo delicado encontré a Luis controlando el paso de los participantes! Qué ilusión!
Bajando por el bosque de Landaruz. Foto: Luis Martin
Le pregunté que cuanto tiempo me saldría, y me dijo que como tres horas y media! Ouuchh!! No llego a comer!! Seguí bajando a lo loco, y aquí los pies comenzaron a sufrir. Sin duda, las bajadas fueron las que más me mataron, más que las subidas, y, aunque parezca raro, más que la infernal ascensión del km 18. Pasé a Sara y la saludé. Y seguí bajando sin parar. Me pasó Manu el de Cóbreces, qué mal bajo yo comparado con estos!! Y llegamos al mítico camino del Aján. Terreno conocido, aunque siempre he hecho esta ruta bajando, y hoy ascendíamos recorriendo las increíbles cascadas y atravesando el caminuco, siempre encharcado, con preciosas cabañas pasiegas, como la de Vegalasgubias, en el linde del sendero. Precioso!!!

Pase a Emilio que iba disfrutando del increíble camino como el resto. Aunque algunos empezábamos a sufrir un poco. La bajada me dejó mal los pies, sobre todo el izquierdo, y el pedregoso camino del Aján no ayudaba. Aquí empezaba el trail de verdad. Quizá fue el tramo que peor lo pasé, así como el más bonito. Pero estaba deseando llegar ya a los túneles. Cruzamos el Aján por un pequeño puente pasiego y ascendimos para llegar a los barracones. Aquí cogimos la pista de los túneles. Qué ancha!! Comparado con las sendas y estrechos caminucos, o el bosque campo a través que habíamos descendido, esto parecía una autovía, eso sí, completamente llano. Terreno para avanzar kilómetros y recortar tiempo. Iba un poco justito pero intenté apretar corriendo para coger a Manuel que iba delante de mí. Pero me entraron ganas de mear y con lo que quedaba por delante lo mejor iba a ser aligerar. Perdí a Manuel para siempre y continué. No quedaba otra! Atravesamos los túneles, uno de ellos era tan largo que la oscuridad se hacía completa. Me junté a unos andarines con linterna y poco a poco se vio la luz. Cuantas veces he hecho esta ruta, y las que quedan!! Mi ilusión es hacer pronto una excursión con mi gente, cuando ellas quieran, estoy deseándolo! Espero que sea antes de que hagan ese teleférico que pretenden construir en estas montañas, que no necesitan más para ser valoradas, sólo hay que darlas a conocer para que la gente que las descubra queden asombrados por estas verdes laderas de vértigo, esa montañota como el Castro Valnera y esa cultura pasiega con tantos secretos y riqueza gastronómica.

Estación de Yera… se acercaba el temido km 18. La ladera ya la veía, sólo faltaba saber por dónde nos harían subirla. Ufff… que altura! Por suerte cogimos camino valle abajo, terreno recorrido camino de la Vega, y por fin el avituallamiento del km 17 donde nos separábamos de los andarines. Sólido y líquido. Me tomé mi tiempo, plátano, frutos secos y otro plátano de reserva para el bolsillo, nunca se sabe lo que puede pasar. Quedaban sólo 7 kms, pueden parecer pocos, pero qué siete kilómetros. Mandé wassap informando de mi situación. Mi reloj marcaba 2h exactas, e inicié la infernal ascensión. Nadie que no haya estado ahí puede hacerse a la idea de cómo era la subida. A cañón todo para arriba. Dicen que era una pendiente del 45%. Yo sólo puedo decir que eché la cabeza abajo, las manos en las rodillas, espalda encorvada y empecé a subir a ritmo, sin mirar para arriba. Ufffffff…. Durísimo!! Había tramos en los que me resultaba más económico agarrarme con las manos a las hierbas de la ladera y gatear. Empecé a recoger algún cadáver, gente con la respiración muy agitada, brazos en jarra y detenidos mirando para abajo. Mirabas para abajo y asustaba ver de dónde veníamos. La carretera se veía minúscula en el fondo del valle, y mirabas para arriba y… mejor era no mirar para arriba. 

Uffff.... sin palabras
En un pequeño codo de la ladera apareció Rodri haciendo fotos! Qué fotones!! Y lo que tendría que haber sufrido él para llegar hasta allá! Me animó y seguí para adelante!

Subida infernal del km18. Foto: Rodri González
Curiosamente la segunda parte de la ascensión la hice mejor que la primera. Me encendí y me marqué un trío de corredores que andaba por delante como objetivo. Y les alcancé! En toda la subida sólo me pasaron dos, una chica y un chico que la acompañaba. Estaba apretando y ya quedaba menos, pero cómo estábamos sufriendo de lo lindo todos. Para que os hagáis una idea, ya me dolían hasta los brazos, de hacer fuerza en las rodillas para subir. Si me dolían los brazos… las piernas ni mencionarlo mejor, pero iban, que era lo importante, aunque el resto de la semana hasta el jueves he estado pagando las consecuencias, qué agujetas en los cuádriceps… hasta el jueves!!!

Por fin llegamos a la divisoria, 28 min me había tirado subiendo sin parar. Como premio, el imponente Castro Valnera al otro lado de la montaña. Empezamos a cumbrear, qué camino más bonito por la mismísima cresta, con ambos valles a los lados, dirección la Vega, pero antes había que coronar el Cornezuelo, no parábamos de subir, y aunque parezca extraño, agradecía las pequeñas subidas, porque para abajo ya iba muy muy mal. Tenía ya los pies destrozados. Formé un pequeño grupeto con uno de Valdeolea y otro chico joven de amarillo con el que compartí todo el final de carrera. Hicimos cima en el Cornezuelo, y con un ritmo patético nos tiramos para abajo, iba fatal. Ampolla segura en dedo meñique y planta del pie izquierdo y el derecho no iba mucho mejor tampoco. El terreno estaba superseco, hasta sacaban polvareda los corredeores que bajaban. Yo iba como podiía, pero muy despacio. Qué lástima, porque de piernas no iba mal, pero de pies fatal. Último trámite, la bajadona, pero que bajada… a cañón también hasta la Vega. Me pasaron como 20 o 25 corredores… qué pena, pero no se podía hacer más. Me dejó hasta mi compañero de amarillo, y por fin llegábamos a la Vega, justo en el momento que me pasaba la quinta chica. Con cara de sufrimiento encaré las últimas curvas con un montón de gente, no vi a los míos, pero iba ya cieguísimo, 90º y recta de meta parando el crono en 3h 12’ 30’’… menos de tres horas y media y acercándome a las tres horas, marca que hubiera conseguido sin duda, sin ampollas, pero esto también es parte del juego. Posición 71º de 188… no está nada mal, lástima de los que me pasaron en la bajada.

Reventado y contento por acabar. Sufrí demasiado en la bajada final, no lo pasé bien en ese momento, pero de esta carrera me acordaré y nos acordaremos todos de esa escalada infernal del km 18! Y además me quedo con el precioso bosque de Landaruz y ese enclave mágico de las cascadas del Aján, todo ello englobado en este maravilloso paisaje nuestro de los valles pasiegos en estado puro.


Llegué a tiempo para comer, incluso para darme una ducha reparadora en las escuelas y conversar un rato con Juan Antonio, un chico de barba con el que espero encontrarme en próximas citas. Nos pusimos las botas en Casa Frutos y disfrutamos la tarde en el Parque de Alceda. Lo sufrido durante la semana con las patas como troncos, sobre todo los cuádriceps hasta el jueves, pasa, la satisfacción de haber completado bastante bien el trail más duro que hecho nunca, quedará para siempre!

Grimpeur!!

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Triatlón de San Vicente de la Barquera 2014, 100 Carreras a las espaldas!!!

42 duatlones, 33 triatlones, 10 trails de montaña, 9 carreras populares a pie, 5 medias maratones y 1 triatlón blanco por relevos: 100 CARRERAS!!!

Y la 100 no podía ser otra que un TRIATLÓN! Triatlón de San Vicente de la Barquera 2014 con distancias 750m nadando, 20 km en bici y 6 km para acabar corriendo. Fecha marcadísima en el calendario! Por fin un triatlón en domingo y en el que podía participar después del Triatlón de Suances en junio. Llegaba fino, aunque sin un entrenamiento específico para nada. El objetivo, sin duda, disfrutar! Como siempre, jeje, pero más aún!

El gran día estuve acompañado por la familia. Con el tiempo quizá algo justito, con tranquilidad, disfrutamos del mediodía con una caña, unas rabas y patatas, esperando comer un menú en el Mozuco de San Vicente de la Barquera, justo enfrente del muelle donde se celebraría la prueba, que era hoy a las 16:00h coincidiendo con la pleamar. Buenos momentos y amabilidad del personal del restaurante que me sirvió antes que a nadie mi plato de espaguetis y el filete para salir pitando para preparar el material.

Ya estaba en boxes. Charlas, reencuentros y buenos momentos con los compañeros del triatlón, y con gran puntualidad e incluso adelanto, ya estábamos todos encaramados a la rampa de salida enfundados en nuestros trajes negros. Para nada nervios, hoy iba a disfrutar y cómo estaba disfrutando de cada instante y detalle de este deporte que tanto me da. Busqué a mi afición, pero aún no habían terminado de comer. El circuito de boyas en mitad de la ría haría el recorrido en sentido horario, esquivando algún bote a la salida y llegada, precioso!

Salida. Por el costado derecho, tuve la sensación de salir muy bien y muy cómodo, sin muchas apreturas, salvo los míticos pequeños manotazos y patadas, pero que con el cuidado de todos no pasaron a mayores. Primera boya a hombro izquierdo para ir a por la segunda. Aquí se empezó a estirar el grupo. El estómago me recordó que había comido hacía demasiado poco, pero aguantó sin problemas, y los brazos sentían fuerzas. Segunda boya hombro derecho y a por el largo de más distancia. La ría hoy estaba como una piscina, nada de corriente y totalmente plato, es la hora de poner velocidad de crucero como en la piscina y tirar para adelante. Fui muy cómodo, estaba disfrutando, y, emparejado con algún otro triatleta, incluso superamos grupillos. Boya hombro derecho de nuevo y rumbo al castillo, último largo. Qué diferencia con aquel mítico tri de San Vivente, de 2009 creo, cuando las corrientes nos hacían ir para atrás. Recordé este mismo punto, cuando unos cuantos perdidos, no sabíamos para donde tirar y, levantándome, grité yo: Al Castillo!!! Aquel día tardamos en salir del agua más de media hora. Hoy era diferente, hoy se estaba nadando super bien. Último largo y a apretar. Alguna péquela desviación me hizo abrirme demasiado y encaramé las últimas brazadas pegado al muro del muelle atestado de gente animando. Sabía que los míos estaban allí. En el agua no se diferencian las voces, pero se oían los gritos y ánimos del público. Cómo mola!!

Últimos metros de natación por la ría de san Vicente de la Barquera

Rampa de salida del agua camino a la T1
Último esfuerzo a tope y a por la rampa de salida. Vi muchas bicis en boxes y había disfrutado en el agua con la sensación de haber hecho una de las mejores nataciones que recuerdo. La transición fue bastante mala. Tardé en encontrar mi bici, tuviendo que echar mano de la referencia de una farola que había cogido previamente, luego me calcé una zapatilla de correr en vez del botín de la bici, falta de riego en el cerebro tras el esfuerzo jeje, y finalmente con todo puesto salí con la bici en la mano hasta el adoquinado donde empezaba el sector ciclista y justo vi, por fin, a mi afición animando a tope!!

Salida en bici, a por los 20kms
El recorrido de la bici constaba de 20 km, en un circuito de ida y vuelta hasta Unquera. Nada más cruzar el puente viejo de San Vicente comenzaba la ascensión al alto de unos dos kilómetros. Este era el punto donde había que apretar y encontrar un buen grupeto. Sali con Jorge Sierra de la UC. En las primeras rampas alcancé a varios compañeros del Camargo Astillero, Alberto de Pablo y no recuerdo bien quien más. Iba encendido, sin cuenta kilómetros pues se me había acabado la pila, a sensaciones y manteniendo un buen ritmo. Sólo me pasó uno, Chano!! Menuda máquina! Con él!! Le aguanté bien la rueda (bien, me refiero luchándolo a muerte jeje, pero bien enganchado a su estela) hasta casi el final donde no pude con él y perdí rueda. No bajé el ritmo, pero Chano iba mucho! Vi como miraba ligeramente para atrás, y me vio ya cortado. Estoy seguro que le hubiese gustado que le aguantase y rememorar esas carreras que hemos tenido compartiendo relevos. Pero hoy se me fue. Antes de coronar, pasé a Sandra Garrido, la animé diciéndola que venían compañeros por detrás y seguí, y me cogió Inma Pereiro y me enganché a ella! Llegó también Javi Bravo y un hombre asturiano del Piloña al que había pasado antes se unió también.

Iniciamos la bajada y entre los cuatro hicimos unos bonitos relevos. Qué bien me lo pasé!! Teníamos un grupeto delante pero por detrás nos alcanzó otro con Manu Vega a la cabeza. Manu Vega, Bauti y dos compañeros míos, Mario Da Costa y Fernández entre otros tratletas. Buen grupo. Manu Vega e Inma no escatimaron en esfuerzos y también Bauti dio alguno de sus potentes relevos. Yo, hasta Unquera me limité a rodar atento en el grueso del grupo, apretando los dientes en el repecho de Los Tánagos. Bien colocado aguanté sin problemas sin quitar el plato. Comenzamos a cruzarnos con los primeros. Un grupo de una docena de triatletas rodaba en cabeza. Pelayo estaba allí. Fueron pasando grupillos, pero no muchos y ya estaba la rotonda de giro en Unquera, acordándome de Carlos que trabaja allí mismo. Sólo había contado tres compañeros delante: Pelayo, Luis y Cifrián. Éramos cuarto, quinto y sexto del equipo. La clasificación por equipos estaba en nuestras manos!!

El grupo era buenísimo, Inma y Manu seguían tirando a fuego! Repecho de Los Tánagos de nuevo, creo que se cortó alguno, no miré atrás, y en el llano hasta la siguiente ascensión decidí colaborar!! Vega y Bauti tenían ya cuatro del Buelna delante y Cifrián estaba lejos y no peligraba su victoria en Vet-II. Así que a dar algún relevo. Comenzó la ascensión y el grupo se cortó. Javi se quedó, y creo que Mario Da Costa también. Manu Vega, Inma, el hombre del Piloña y mi compañero Fernández y yo apretando los dientes éramos los únicos que quedábamos. Ya quedaba poco, pero a apenas 200m de la cima… me corté! Qué pena!!

Coroné el alto con Fernández, Bauti y un hombre del Colindres que habíamos cazado. Y para abajo, ya no quedaba nada. Entramos rápidos en San Vicente, saqué los pies de las zapatillas, apurando quizá demasiado, y en la curva de entrada al adoquinado, se me soltó un botín y se me cayó! Qué rabia! Me di cuenta y di la vuelta para cogerlo perdiendo un tiempo preciosísimo. Con el botin en la mano y el pie pisando la cala directamente recorrí, con el pie dolorido, el adoquinado y entré en boxes. Transición no tan buena como suelo hacer la T2, de hecho bastante lenta, y a correr.

Nada más salir cogí un botellín y se me cayó también. Paré a cogerlo, qué desastre. Perdí bastante tiempo en pequeños detalles, y con el estómago lleno por la comida, me costó empezar a correr y encontrar un buen ritmo. Empecé bastante despacio. Pasé a mi compañero Fernández al que se le habían subido las bolas. Era el cuarto del Camargo y cada zancada iba a contar. Me emparejé a Bauti, charlamos un poco, y poco a poco me empecé a encontrar mejor.

El recorrido de ida y vuelta era bien bonito. El año pasado corrí muy bien, disputando a Luis, este año era ya inalcanzable. Me crucé a Pelayo que iba en cabeza junto a Rodríguez del Santander, se iban a jugar la victoria!! Fui animando a todos y giro en el cono. La vuelta si que la hice bien. Me cogió Javi Bravo y me pregunté si le iba a hacer sufrir, a lo que le contesté: hazme sufrir tú que soy el cuarto del equipo!” Juntos fuimos pasando los kilómetros finales hasta que a apenas un kilómetro y medio de meta no pude aguantarle y me corté. Pero pronto vi que entrábamos en San Vicente de nuevo y tuve fuerzas para apretar. A tope recorrí todo el paseo del muelle. Qué carrera más buena me había salido. Aquí me lamenté de no haber entrenado más!! Giro de 90º y recta de meta donde estaba mi gente. Con una gran sonrisa y cerquita cerquita de Javi, crucé la línea de meta! Qué contento y qué satisfacción… carrera 100 cumplida, y cuarto del equipo, sin haberlo planeado hoy, acababa de cumplir el objetivo del año como bien sabía mi amigo y compañero Juan Espino, puntuar para el equipo, y además para conseguir un pódium!!! Terceros por equipos!!!

Llegada a meta, la cara lo dice todo!!
Pelayo finalmente fue segundo por detrás de Rodrigo Rodríguez, menuda máquina. Después entraron Luis y Cifrián y yo el 35º!! Mario Da costa entró detrás de mí, por lo que hay equipo y balas en la recámara!! Vamos equipo!!! Sandra Garrido ganó en sub-23 y Cifrián en vet-II que junto a los éxitos del día anterior en el du-cross de Santillana convirtieron el fin de semana en un fin de semana de éxitos para el Triatlón Camargo Astillero.

Camargo Astillero en el podium
La foto del pódium fue el premio a esta carrera tan especial para mi, pero no más que haberlo hecho con la compañía de mis amigos del triatlón y sobre todo sobre todo con la gente a la que quiero y haberlo podido compartir con ellos! Graciaaaaasss!!

Podium por equipos del tri de San Vicente de la Barquera

Grimpeur!!