martes, 13 de septiembre de 2016

Triatlón Sur de Cantabria, Trail de Cóbreces y Tri de Colindres

Después de un largo verano de cañitas y viajes ayer volví a correr. Y al correr, con esa sensación de que te pesa el culo, volví a vivir las emociones del recuerdo de los últimos triatlones allá por el mes de julio, de lo que por cierto, aún no había hecho crónica. El triatlón Sur de Cantabria y  el triatlón de Colindres fueron los últimos, y hoy ya estamos a las puertas del siguiente, Triathlon Festival de Asturias en Llanes, un día grande marcado en el calendario desde hace mucho de calentada, un dia de equipo.

Pero vamos con las crónicas pendientes. En julio todo iba bien, viviendo de las grandes rentas que me dejó el Half de Pamplona en mayo y los estupendos triatlones de Suances y Laredo, sin cadena allí. Somo fue una fiesta, y llegué al Pantano del Ebro, día del Carmen, con una buena forma, eso sí, dejando ya de entrenar y empezando a disfrutar el veranito jeje.

En una bonita tarde de sábado, una vez más después de trabajar (este año he tenido suerte con los horarios y he podido correr prácticamente todo lo disputado en sábado), nos dimos cita un nutrido número de compañeros de equipo del Triatlón Costa Quebrada: Juanillo, Tato, Manolo, Yaiza, Manel, Jandro, Sarobe, Jorge, Nanduco y Pedro, con Bis animando.

Equipazo TCQ Triatlón Sur de Cantabria 2016

Sol, calor y un paisaje precioso, el pantano estaba espectacular desde Arroyo. La salida fue un poco mala, ya que nos obligaron a salir todos desde la rampita de hormigón. Quizá por ello, salí un poco desorientado, por la derecha como siempre, pero con la sensación de ir lejos del grueso del grupo. Me sentí con fuerzas en los brazos y tuve la sensación de estar nadando bien, pero con el primer giro a la boya el sol no me dejaba ver nada. Muy incómodo, comprendí mejor que ningún día la función de las gafas de nadar oscuras, ya que las mías eran trasparentes, y no veía nada de nada. Giro en la segunda boya, iba bien con fuerzas, pero me debí desviar mucho porque, tras el último largo hacia las banderas, ví al llegar a boxes que Juanillo estaba salido antes que yo, y Jandro, mi referencia para hacer una grupeta que podía haber sido espectacular, ya se había montado en la bici con Jorge Villacorta, buenísimo en bici también, y Tato. Vaya natación más mala, a pesar de las buenas sensaciones.

Tocaba remar ahora en la bici. Salí junto mi amigo del Camargo, Javi Lopez, al que le suelo sacar un poco de ventaja, y tras coger a Juanillo en el primer repecho, rápidamente fijé mi objetivo, vaya rueda más buena a priori!! Carlos Nieto del Campoo. Motivadísimo porque con Juanillo, Nieto y López podíamos hacer un grupo buenísimo, di un primer relevo quizá demasiado fuerte y vi como Juanillo perdió rueda, paré y empecé a mirar para atrás pero le costaba mucho seguir y me gritó que tirara para adelante. Me pasó el mismísimo Israel Lastra, pero leí fatal la carrera pues pensé, cuando nos agrupemos Juanillo, López, Nieto y yo, vamos a ir mejor que él en solitario. Mal, porque Lastra iba como una moto como acostumbra y enlazo creo que al final él solo con grupos delanteros. Una pena, porque hoy me sentía con piernas para haberle seguido la rueda. Nieto y López llegaron, pero Juanillo no, así que formamos un trío super interesante. Generosos los tres dimos muy buenos relevos hasta Bolmir, aunque he de confesar en que confiaba en que Nieto, ganador de duatlones, fuera más, y no le ví con la pedalada que esperaba. Dimos el giro cruzándonos con grandes pelotones, la victoria iba a estar bonita con un grupo de unos veinte triatletas adelante, Luego diversos pelotones en los que iban Jandro, Jorge y Tato. Luego nosotros, que a pesar de ser tres, más algún cazado más que no podía ayudar mucho, íbamos haciendo un gran sector. La segunda mitad, Nieto puso un puntito más y si que dio fuertes relevos, quizá demasiado a tirones, lo que hizo que Javi no pudiera colaborar tanto. A mi me costó pero aguante echándole raza en algún repechín donde Nieto estiraba. A lo lejos vi a Tato descolgado, y al cazarle le arengué para coger rueda, paro la diferencia de velocidad le hizo imposible pegarse. Llegamos a boxes. Muy buen sector de los tres, y un honor haber compartido grupeta con uno de los grandes!

Llegada a la T2 Triatlón Sur de Cantabria 2016

La carrera a pie era bonita a la par de dura. Mucho mejor que en otras ediciones, esta vez nos metían por callejos y sendas, mucho mejor que por la carretera. Eso sí, calorón, viento de cara y repechos, que esos a mí me molaban. Nieto nos dijo adiós, y Javi empezó fuerte. Yo me quedé, pero puse ese ritmo que te da la experiencia y la confianza en ti mismo que he conseguido este año. Un ritmo sólido y constante. Cogí a Javi y le apreté un poquitín en el repecho para decirle, aquí estoy yo jeje. Sufrió y me aguantó y formamos un tándem buenísimo que nos se deshizo en las dos vueltas del sector. En ese momento rodaba tercero del equipo tras un meteoro llamado Jandrín y un gran Villacorta que volvía a los ruedos con una sonrisa cada vez que nos cruzábamos. Por el cuarto puesto del equipo luchaba Tato, que en cuanto coja un poco más de ritmo y con su forma de nadar, va a ser una punta de la lanza de cara al equipo en las próximas temporadas. Detrás venía Juanillo todo loco con su ritmo a pie infernal, cómo corre el mister!! Creo que al final llegaron juntos.

Gran carrera junto a Javi López. Triatlón Sur de Cantabria 2016

La entrada a meta de todos los compañeros fue una fiesta. Uno a uno hasta que llegó el último. Charlas, experiencias, historias y risas. Foto de equipo y cerveza de la victoria haciendo planes e ilusiones futuras. Muy buen día, cómo nos lo habíamos pasado!!

Algunos fueron la semana siguiente al bonito, dicen, Triatlón de Gorliz, pero yo disputé un bonito trail en Cóbreces. 25,5 kilometrillos con mi compañero Aitor y César y corriendo a la par de mi cuñao Miguel Angel, su primo Pedrín y el grupo de amigos de Cóbreces. Día de mucho calor, atravesando los acantilados de Bolao, la playa de Luaña, internándonos por el bosque embarrado para atravesar túneles y bajar a Novales. Bajar para volver a subir por unas zetas infernales, propias de otras montañas. Estas, aunque bajas, no carecían de dureza, por su condición caliza y por el subibaja de su recorrido. Trail muy bonito, bien acompañado que finalicé bien, pero que me dejó, como digo, las patucas tocadas.

Llegada del Trail de Cóbreces 2016

Patucas tocadas+Semana Grande de Santander+día fuerte de bonito de principios de mes en el curro=llegar en óptimas condiciones para correr un señor triatlón olímpico. Triatlón Villa de Colindres. Lo difícil no fue el triatlón, lo difícil fue llegar a la hora, ya que salía de currar a las 14:30 en Santander, y el triatlón comenzaba a las 15:30 en el puerto de Colindres. Gracias al apoyo logístico de mis compañeros que no tiene precio, llegué in extremis a los boxes. Ya lo había hecho otras veces esto de salir de currar e ir directo al triatlón, aunque no tan apurado como esta vez. El premio era ese, poder correr!! Otra vez una participación de lujo por parte del Triatlón Costa Quebrada: Oli, Juanillo, Manel Tato, Manolo, Jandro y yo, con el Pistolero de infiltrado. Nanduco estaba en listas pero no llegó.

TCQ en el Triatlón Villa de Colindres 2016

La natación consistía en dos vueltas a un circuito de boyas en el puerto de Colindres. Jamás había estado allí. He de decir que a pesar del sabor horrible del agua, mezcla de ría y puerto, la natación me gustó. Como digo, el poder correr era mi premio, así que no soy muy objetivo cuando la ilusión ciega todo lo demás. Con aguas calmadas como una piscina, me abrí esta vez por la izquierda, tomando de referencia los barcos amarrados en los muelles, ya que la natación era en sentido horario y yo levanto hacia la izquierda. Esos brcos que días después descargaban toneladas de bonitos que llegaron a las pescaderías. Pensando esas cosas me entretuve, en un sector en el que no apreté. Salí tranquilo y me fue bien, porque llegué con fuerzas al final. Buena natación esta vez, con sensación de fuerza y con buena navegación, enfilando las boyas a la perfección. Salí muy bien del agua hoy, junto mi compañero Villacorta, el que sé por otras carreras en las que no compartíamos equipo, que es una buena rueda y una buena referencia. Jandro y Tato ya estaban por delante. Juanillo y el resto por detrás, aunque no a la vista. Así que sí que había salido muy bien. Adelante!

Salida de la natación en el puerto de Colindres

Con Jorge crucé el recién restaurado puente de Treto y giramos a la izquierda para rodar hacia el Valle de Aras. Muy bonita carretera aunque el día estaba delicado y la calzada húmeda. Con Jorge sabía que iba a ir muy bien, pero nos alcanzó un treno comandado por Gorgonio que iban como locos. Rapidísimos. Con confianza me animé a dar un par de relevos ya que el grupo era buenísimo, pero hoy las patas, y todo los que arrastraban de la semana, no me respondieron. Tras un fuerte relevo me costó seguir la línea del grupo y me descolgué. Peté. Que palabra más fea la de petar, pero es lo que me pasó. Había forzado demasiado y perdí el grupo. Me limité a mantener una marcha, pero sabía que sólo no hacía nada. Por suerte me alcanzó un triatleta asturiano, no recuerdo hoy el nombre, pero nos entendimos muy bien y nos alternamos muy bien en los relevos y nos mantuvimos ahí en tierra de nadie hasta el comienzo del puerto, Fuente las Varas. Tenía muchas ganas en esta carrera porque la ascensión a todo un puerto me venía muy bien, pero hoy no me respondían ya las piernas. No hice mala subida, pero sentí que me faltaba ese puntito de competición. Subí con buena marcheta y cadencia, pero en carrera no basta con eso, tenía que haber dado un poquito más, para seguir por ejemplo a mi amigo Javi López del Camargo. Hoy sí que había nadado mejor que él, sin embargo no pude hacer ni ademán de cogerle rueda cuando me alcanzó a mitad de puerto. “Hoy no voy Javi”. La niebla comenzó a convertirse en llovizna y la carretera ya estaba mojada. Los primeros bajaban lanzados aunque también muchos cuadrados. Iba a ser un descenso delicado. Poco a poco llegamos hasta coronar. Ahora para abajo. Juanillo no me había cogido y eso era que no iba del todo mal. Sin embargo la bajada la hice con muchísimo cuidado pensando sólo en una cosa: el trabajo. Una simple caída podía convertirse en un esguince de muñeca en el mejor de los casos, así que despacito, detrás de un vasco con más miedo que yo, jajaja eso es bajar cuadrado. Pero bien por él, porque llegamos abajo.

En el llano formamos un buen grupillo. El asturiano me volvió a alcanzar e intentamos organizar el grupo que era multiregional, no conocía a nadie. Nos costó pero al final nos entendimos. Carretera muy mojada ya, pero el descenso del valle no tenía peligro alguno, salvo la velocidad y el no hacer el afilador. Me encontré bien y generoso, pero antes de llegar a Treto de nuevo, en un repechín, quité plato para no forzar las patucas y se me salió la cadena a lo Andy Schleck, estando a punto de provocar una caída. Por suerte me esquivaron todos. Me tuve que parar y perdí mi grupo, pero es que también perdí un segundo grupo en el que rdaba Tato al que había pasado en el puerto. Retomé la marcha cuando vi que mi compañero Tato se había descolgado de su grupo para ayudarme a entrar de nuevo. Vaya santo relevo que dio que consiguió meterme de nuevo en su grupo desfondándose tras el esfuerzo cual gregario tirando para su líder. Jajajajaja pronto será al revés aunque no se si tendré ocasión de tirar para él con lo que nada. Eternamente agradecido con el pedazo gesto de mi compañero, cruzamos el puente y llegamos a Colindres para echar a correr. 10 kilómetros por delante.

No era mi día, y tras el primer kilómetro, las piernas me empezaron a dar avisos y primero una y luego la otra, se me empezaron a subir los isquios, hasta el punto que me tuve que parar. Me pasó Juanillo, yo ya nada podía hacer salvo concluir los nueve kilómetros que me restaban dignamente. El objetivo era acabar y ya está. Cuidando las piernas en cada zancada y en cada giro y bache, logré mantener una marcheta gracias también a los ánimos de la afición naranjita y a mis compañeros con los que me cruzaba. Una pena porque era la primera carrera del año que dejaba de disputar para centrarme tan sólo en acabar. Pero bueno, tras la tralla que llevaba era normal, lo que no fue normal fue como acabé el triatlón de Laredo por ejemplo, en donde no sé de donde me salían las fuerzas. Ya quedaba poco y en cada giro animaba a Tato a que me cogiese ya que andaba cerca, hasta que después del último giro decidí esperarle como agrdecimiento por su gesto y ayuda y entrar juntos. Le apreté un poquito para que viera que le es posible correr un poquito más fuerte jejeje, recuperamos tres posiciones y entramos en la pista de atletismo y cruzando la línea de meta juntos donde nos esperaban los demás. Dolor de patucas pero satisfacción de equipo. Somos grandes!!!!

Siempre disfrutando. Tri Colindres. Parando el Crono

Para muchos agosto fue sinónimo de Buelna. Un gran half al que no pude ir por ser sábado pero que muchos de mis compañeros disfrutaron. Otros marcharon para Medina de Rioseco y después para Riaño. Yo reaparezco, aunque no en las mejores condiciones en Llanes. Día especial para el equipo, quedada, convivencia, pizza y barbacoa en la que esperemos sea una bonita jornada de triatlón con nuestra mejor filosofía, esa que dice al terminar una carrera: QUÉ BIEN NOS LO HEMOS PASADO!!