Después de un largo verano de cañitas y
viajes ayer volví a correr. Y al correr, con esa sensación de que te pesa el
culo, volví a vivir las emociones del recuerdo de los últimos triatlones allá
por el mes de julio, de lo que por cierto, aún no había hecho crónica. El
triatlón Sur de Cantabria y el triatlón
de Colindres fueron los últimos, y hoy ya estamos a las puertas del siguiente,
Triathlon Festival de Asturias en Llanes, un día grande marcado en el
calendario desde hace mucho de calentada, un dia de equipo.
Pero vamos con las crónicas pendientes. En
julio todo iba bien, viviendo de las grandes rentas que me dejó el Half de
Pamplona en mayo y los estupendos triatlones de Suances y Laredo, sin cadena
allí. Somo fue una fiesta, y llegué al Pantano del Ebro, día del Carmen, con
una buena forma, eso sí, dejando ya de entrenar y empezando a disfrutar el
veranito jeje.
En una bonita tarde de sábado, una vez más
después de trabajar (este año he tenido suerte con los horarios y he podido
correr prácticamente todo lo disputado en sábado), nos dimos cita un nutrido
número de compañeros de equipo del Triatlón Costa Quebrada: Juanillo, Tato,
Manolo, Yaiza, Manel, Jandro, Sarobe, Jorge, Nanduco y Pedro, con Bis animando.
Equipazo TCQ Triatlón Sur de Cantabria 2016 |
Sol, calor y un paisaje precioso, el pantano
estaba espectacular desde Arroyo. La salida fue un poco mala, ya que nos
obligaron a salir todos desde la rampita de hormigón. Quizá por ello, salí un
poco desorientado, por la derecha como siempre, pero con la sensación de ir
lejos del grueso del grupo. Me sentí con fuerzas en los brazos y tuve la
sensación de estar nadando bien, pero con el primer giro a la boya el sol no me
dejaba ver nada. Muy incómodo, comprendí mejor que ningún día la función de las
gafas de nadar oscuras, ya que las mías eran trasparentes, y no veía nada de
nada. Giro en la segunda boya, iba bien con fuerzas, pero me debí desviar mucho
porque, tras el último largo hacia las banderas, ví al llegar a boxes que
Juanillo estaba salido antes que yo, y Jandro, mi referencia para hacer una
grupeta que podía haber sido espectacular, ya se había montado en la bici con
Jorge Villacorta, buenísimo en bici también, y Tato. Vaya natación más mala, a
pesar de las buenas sensaciones.
Tocaba remar ahora en la bici. Salí junto mi
amigo del Camargo, Javi Lopez, al que le suelo sacar un poco de ventaja, y tras
coger a Juanillo en el primer repecho, rápidamente fijé mi objetivo, vaya rueda
más buena a priori!! Carlos Nieto del Campoo. Motivadísimo porque con Juanillo,
Nieto y López podíamos hacer un grupo buenísimo, di un primer relevo quizá
demasiado fuerte y vi como Juanillo perdió rueda, paré y empecé a mirar para
atrás pero le costaba mucho seguir y me gritó que tirara para adelante. Me pasó
el mismísimo Israel Lastra, pero leí fatal la carrera pues pensé, cuando nos
agrupemos Juanillo, López, Nieto y yo, vamos a ir mejor que él en solitario.
Mal, porque Lastra iba como una moto como acostumbra y enlazo creo que al final
él solo con grupos delanteros. Una pena, porque hoy me sentía con piernas para
haberle seguido la rueda. Nieto y López llegaron, pero Juanillo no, así que
formamos un trío super interesante. Generosos los tres dimos muy buenos relevos
hasta Bolmir, aunque he de confesar en que confiaba en que Nieto, ganador de
duatlones, fuera más, y no le ví con la pedalada que esperaba. Dimos el giro
cruzándonos con grandes pelotones, la victoria iba a estar bonita con un grupo
de unos veinte triatletas adelante, Luego diversos pelotones en los que iban Jandro,
Jorge y Tato. Luego nosotros, que a pesar de ser tres, más algún cazado más que
no podía ayudar mucho, íbamos haciendo un gran sector. La segunda mitad, Nieto
puso un puntito más y si que dio fuertes relevos, quizá demasiado a tirones, lo
que hizo que Javi no pudiera colaborar tanto. A mi me costó pero aguante
echándole raza en algún repechín donde Nieto estiraba. A lo lejos vi a Tato
descolgado, y al cazarle le arengué para coger rueda, paro la diferencia de
velocidad le hizo imposible pegarse. Llegamos a boxes. Muy buen sector de los
tres, y un honor haber compartido grupeta con uno de los grandes!
Llegada a la T2 Triatlón Sur de Cantabria 2016 |
La carrera a pie era bonita a la par de dura.
Mucho mejor que en otras ediciones, esta vez nos metían por callejos y sendas,
mucho mejor que por la carretera. Eso sí, calorón, viento de cara y repechos,
que esos a mí me molaban. Nieto nos dijo adiós, y Javi empezó fuerte. Yo me
quedé, pero puse ese ritmo que te da la experiencia y la confianza en ti mismo
que he conseguido este año. Un ritmo sólido y constante. Cogí a Javi y le
apreté un poquitín en el repecho para decirle, aquí estoy yo jeje. Sufrió y me
aguantó y formamos un tándem buenísimo que nos se deshizo en las dos vueltas
del sector. En ese momento rodaba tercero del equipo tras un meteoro llamado
Jandrín y un gran Villacorta que volvía a los ruedos con una sonrisa cada vez
que nos cruzábamos. Por el cuarto puesto del equipo luchaba Tato, que en cuanto
coja un poco más de ritmo y con su forma de nadar, va a ser una punta de la
lanza de cara al equipo en las próximas temporadas. Detrás venía Juanillo todo
loco con su ritmo a pie infernal, cómo corre el mister!! Creo que al final
llegaron juntos.
Gran carrera junto a Javi López. Triatlón Sur de Cantabria 2016 |
La entrada a meta de todos los compañeros fue
una fiesta. Uno a uno hasta que llegó el último. Charlas, experiencias,
historias y risas. Foto de equipo y cerveza de la victoria haciendo planes e ilusiones
futuras. Muy buen día, cómo nos lo habíamos pasado!!
Algunos fueron la semana siguiente al bonito,
dicen, Triatlón de Gorliz, pero yo disputé un bonito trail en Cóbreces. 25,5
kilometrillos con mi compañero Aitor y César y corriendo a la par de mi cuñao
Miguel Angel, su primo Pedrín y el grupo de amigos de Cóbreces. Día de mucho
calor, atravesando los acantilados de Bolao, la playa de Luaña, internándonos por
el bosque embarrado para atravesar túneles y bajar a Novales. Bajar para volver
a subir por unas zetas infernales, propias de otras montañas. Estas, aunque
bajas, no carecían de dureza, por su condición caliza y por el subibaja de su
recorrido. Trail muy bonito, bien acompañado que finalicé bien, pero que me
dejó, como digo, las patucas tocadas.
Llegada del Trail de Cóbreces 2016 |
Patucas tocadas+Semana Grande de
Santander+día fuerte de bonito de principios de mes en el curro=llegar en
óptimas condiciones para correr un señor triatlón olímpico. Triatlón Villa de
Colindres. Lo difícil no fue el triatlón, lo difícil fue llegar a la hora, ya
que salía de currar a las 14:30 en Santander, y el triatlón comenzaba a las
15:30 en el puerto de Colindres. Gracias al apoyo logístico de mis compañeros
que no tiene precio, llegué in extremis a los boxes. Ya lo había hecho otras
veces esto de salir de currar e ir directo al triatlón, aunque no tan apurado
como esta vez. El premio era ese, poder correr!! Otra vez una participación de
lujo por parte del Triatlón Costa Quebrada: Oli, Juanillo, Manel Tato, Manolo,
Jandro y yo, con el Pistolero de infiltrado. Nanduco estaba en listas pero no
llegó.
TCQ en el Triatlón Villa de Colindres 2016 |
La natación consistía en dos
vueltas a un circuito de boyas en el puerto de Colindres. Jamás había estado
allí. He de decir que a pesar del sabor horrible del agua, mezcla de ría y
puerto, la natación me gustó. Como digo, el poder correr era mi premio, así que
no soy muy objetivo cuando la ilusión ciega todo lo demás. Con aguas calmadas
como una piscina, me abrí esta vez por la izquierda, tomando de referencia los
barcos amarrados en los muelles, ya que la natación era en sentido horario y yo
levanto hacia la izquierda. Esos brcos que días después descargaban toneladas
de bonitos que llegaron a las pescaderías. Pensando esas cosas me entretuve, en
un sector en el que no apreté. Salí tranquilo y me fue bien, porque llegué con fuerzas
al final. Buena natación esta vez, con sensación de fuerza y con buena
navegación, enfilando las boyas a la perfección. Salí muy bien del agua hoy,
junto mi compañero Villacorta, el que sé por otras carreras en las que no compartíamos
equipo, que es una buena rueda y una buena referencia. Jandro y Tato ya estaban
por delante. Juanillo y el resto por detrás, aunque no a la vista. Así que sí
que había salido muy bien. Adelante!
Salida de la natación en el puerto de Colindres |
Con Jorge crucé el recién
restaurado puente de Treto y giramos a la izquierda para rodar hacia el Valle
de Aras. Muy bonita carretera aunque el día estaba delicado y la calzada
húmeda. Con Jorge sabía que iba a ir muy bien, pero nos alcanzó un treno
comandado por Gorgonio que iban como locos. Rapidísimos. Con confianza me animé
a dar un par de relevos ya que el grupo era buenísimo, pero hoy las patas, y
todo los que arrastraban de la semana, no me respondieron. Tras un fuerte
relevo me costó seguir la línea del grupo y me descolgué. Peté. Que palabra más
fea la de petar, pero es lo que me pasó. Había forzado demasiado y perdí el
grupo. Me limité a mantener una marcha, pero sabía que sólo no hacía nada. Por
suerte me alcanzó un triatleta asturiano, no recuerdo hoy el nombre, pero nos
entendimos muy bien y nos alternamos muy bien en los relevos y nos mantuvimos
ahí en tierra de nadie hasta el comienzo del puerto, Fuente las Varas. Tenía
muchas ganas en esta carrera porque la ascensión a todo un puerto me venía muy
bien, pero hoy no me respondían ya las piernas. No hice mala subida, pero sentí
que me faltaba ese puntito de competición. Subí con buena marcheta y cadencia,
pero en carrera no basta con eso, tenía que haber dado un poquito más, para
seguir por ejemplo a mi amigo Javi López del Camargo. Hoy sí que había nadado
mejor que él, sin embargo no pude hacer ni ademán de cogerle rueda cuando me
alcanzó a mitad de puerto. “Hoy no voy Javi”. La niebla comenzó a convertirse
en llovizna y la carretera ya estaba mojada. Los primeros bajaban lanzados
aunque también muchos cuadrados. Iba a ser un descenso delicado. Poco a poco
llegamos hasta coronar. Ahora para abajo. Juanillo no me había cogido y eso era
que no iba del todo mal. Sin embargo la bajada la hice con muchísimo cuidado
pensando sólo en una cosa: el trabajo. Una simple caída podía convertirse en un
esguince de muñeca en el mejor de los casos, así que despacito, detrás de un
vasco con más miedo que yo, jajaja eso es bajar cuadrado. Pero bien por él,
porque llegamos abajo.
En el llano formamos un buen
grupillo. El asturiano me volvió a alcanzar e intentamos organizar el grupo que
era multiregional, no conocía a nadie. Nos costó pero al final nos entendimos.
Carretera muy mojada ya, pero el descenso del valle no tenía peligro alguno,
salvo la velocidad y el no hacer el afilador. Me encontré bien y generoso, pero
antes de llegar a Treto de nuevo, en un repechín, quité plato para no forzar
las patucas y se me salió la cadena a lo Andy Schleck, estando a punto de
provocar una caída. Por suerte me esquivaron todos. Me tuve que parar y perdí
mi grupo, pero es que también perdí un segundo grupo en el que rdaba Tato al
que había pasado en el puerto. Retomé la marcha cuando vi que mi compañero Tato
se había descolgado de su grupo para ayudarme a entrar de nuevo. Vaya santo
relevo que dio que consiguió meterme de nuevo en su grupo desfondándose tras el
esfuerzo cual gregario tirando para su líder. Jajajajaja pronto será al revés
aunque no se si tendré ocasión de tirar para él con lo que nada. Eternamente
agradecido con el pedazo gesto de mi compañero, cruzamos el puente y llegamos a
Colindres para echar a correr. 10 kilómetros por delante.
No era mi día, y tras el primer
kilómetro, las piernas me empezaron a dar avisos y primero una y luego la otra,
se me empezaron a subir los isquios, hasta el punto que me tuve que parar. Me
pasó Juanillo, yo ya nada podía hacer salvo concluir los nueve kilómetros que
me restaban dignamente. El objetivo era acabar y ya está. Cuidando las piernas
en cada zancada y en cada giro y bache, logré mantener una marcheta gracias
también a los ánimos de la afición naranjita y a mis compañeros con los que me
cruzaba. Una pena porque era la primera carrera del año que dejaba de disputar
para centrarme tan sólo en acabar. Pero bueno, tras la tralla que llevaba era
normal, lo que no fue normal fue como acabé el triatlón de Laredo por ejemplo,
en donde no sé de donde me salían las fuerzas. Ya quedaba poco y en cada giro
animaba a Tato a que me cogiese ya que andaba cerca, hasta que después del
último giro decidí esperarle como agrdecimiento por su gesto y ayuda y entrar
juntos. Le apreté un poquito para que viera que le es posible correr un poquito
más fuerte jejeje, recuperamos tres posiciones y entramos en la pista de atletismo
y cruzando la línea de meta juntos donde nos esperaban los demás. Dolor de
patucas pero satisfacción de equipo. Somos grandes!!!!
Siempre disfrutando. Tri Colindres. Parando el Crono |
Para muchos agosto fue sinónimo
de Buelna. Un gran half al que no pude ir por ser sábado pero que muchos de mis
compañeros disfrutaron. Otros marcharon para Medina de Rioseco y después para
Riaño. Yo reaparezco, aunque no en las mejores condiciones en Llanes. Día
especial para el equipo, quedada, convivencia, pizza y barbacoa en la que
esperemos sea una bonita jornada de triatlón con nuestra mejor filosofía, esa
que dice al terminar una carrera: QUÉ BIEN NOS LO HEMOS PASADO!!