El pasado 25 de septiembre concluyó la temporada de triatlón en Cantabria. Una temporada personalmente muy completa que, aunque no ha sido muy regular en los últimos meses debido a viajes y a estudios, sí ha estado marcada sobre todo por grandes eventos y grandes retos que se consiguieron superar no sin esfuerzo.
El año comenzó lesionado. Una rotura fibrilar forzó un parón de casi tres meses desde noviembre’09 que me impidió llegar con la preparación deseada para el circuito de duatlón. Pero en la recuperación de esa lesión surgieron los grandes retos y las ganas de superación empezando casi desde abajo del todo. El primer gran reto del año, la Media Maratón de Madrid a principios de abril, cuya preparación durante el mes de marzo tuvo su colofón con un gran fin de semana en la capital y un importante contenido emocional.
Antes de esa parada, y tras la reaparición a finales de febrero en el Duatlón de Astillero, en las semanas de marzo fui progresando poco a poco y con mucho entreno conseguí una buena actuación en el Duatlón de Basauri, en el País Vasco, donde el sector de bici fue buenísimo y nos llevamos una grata impresión de la organización fuera de Cantabria, lo que nos animó a repetir en Euskadi con la cicloturista Bilbao-Bilbao.
Tras la Media Maratón de Madrid, el 11 de abril de 2010, el siguiente reto no se hizo esperar, y sin esperármelo fui seleccionado para acudir al Campeonato de España Universitario de Triatlón. Con la moral muy alta y la exigencia y obligación de hacerlo bien, los duatlones de Azkoitia, Polanco y Santander previos al Campeonato de España fueron muy buenos y serios, sobre todo en el País Vasco de nuevo, en un fuerte Duatlón de Azkoitia y en el Duatlón de Santander donde, gracias en buena parte al apoyo de mis amigos, conseguí el tercer puesto en el Campeonato Universitario de Duatlón en Cantabria. Con estos buenos resultados viajamos a Alicante donde se celebraban los Campeonatos de España. Conocedor de mis limitaciones en el agua y ante tanto gallo, mis objetivos se centraron en, además de hacer un digno papel personal, conseguir puntuar para el equipo y conseguir así algo histórico para la Universidad de Cantabria. Y se consiguió. Fue sin duda una gran experiencia deportiva y única que supuso todo un premio para mí. Con el Duatlón de Reinosa, di por concluida la temporada de duatlón y entre exámenes comencé a centrarme en el siguiente gran objetivo y gran reto del año: el Triatlón Larga Distancia Valle de Buelna, es decir, el Medio Ironman.
Con apenas mes y medio de preparación sabía que iba a llegar justito, pero por primera vez planifiqué bien las seis semanas que tenía para conseguir alcanzar este gran reto. Objetivo: acabar. Una semana antes del medio Ironman, el Triatlón de Suances, como prueba de fuego. Llegué muy bien y probablemente realicé una de mis mejores carreras de mi corto currículum deportivo entrando el 25º en meta. Fue el último empujón que me faltaba para llegar con la moral y confianza necesarias a la fecha señalada.
26 de junio de 2010. 1,9 km a nado por la playa de Comillas, 90 km hasta los Corrales de Buelna en bicicleta, y para acabar, 21,1 km, una media maratón a pie. La natación y la bici fueron increíblemente bien pero al llegar el sector a pie llegó el sufrimiento y el mayor dolor de piernas que haya sentido jamás. Después de 5 horas y 46 minutos alcancé el objetivo de sobrepasar esa delgada línea en el suelo que indicaba la meta. Probablemente, el mayor sufrimiento físico que haya vivido nunca al borde de la extenuación, y estoy convencido que la cabeza y la moral fueron las que me hicieron llegar a la meta. El sufrimiento se olvida, pero esa satisfacción de haberlo conseguido dura para siempre.
A la semana siguiente, con el cuerpo cansado, nos hicimos el doblete Alto Ebro – Bansander, donde mi mayor satisfacción, a parte de la buena carrera en Alto Ebro sobre todo, fue el bautismo en el agua de mi hermano Juan. Actuando como padrino conseguí convertirle en triatleta, como me convirtieron a mí hace tres años. Después, tras unas merecidas vacaciones de más de un mes sin competir, reaparecimos en el ya mítico Duatlón de Medio Cudeyo. A la cuarta participación, por fin entre en el top ten en Solares. Un par de semanas después el tri de San Vicente de la Barquera, acompañando gratamente a mi hermano Juan y tirando de él consiguiendo que llegara a meta. Para acabar, después de un duro agosto estudiantil, se cerraba el circuito con el triatlón de casa, en el Sardi, el Triatlón de Santander que puso punto y final a esta gran temporada llena de retos superados y sobre todo sueños cumplidos. Además, este año el equipo de Triatlón de la Universidad de Cantabria ha conseguido grandes éxitos como el campeonato regional de Acuatlón en Noja, la victoria en el Bansander y el tercer puesto en Polanco y Suances.
Nada más acabar, ya hay ganas de pensar en nuevos retos. Como guinda al pastel, de momento, nuestras bicis disfrutaran del premio de poder ascender algunos de los puertos más míticos del Pirineo francés. Quizá en las rampas del Tourmalet, Luz-Ardiden o el Aubisque aparezcan o surjan los siguiente objetivos para el año que viene. Lo que es seguro es que no serán lejanos en el tiempo y, grandes o pequeños, supondrán nuevos retos a superar, nuevas aventuras de seis y medio, pero de seis y medio sobre siete.
Temporada 2010:El año comenzó lesionado. Una rotura fibrilar forzó un parón de casi tres meses desde noviembre’09 que me impidió llegar con la preparación deseada para el circuito de duatlón. Pero en la recuperación de esa lesión surgieron los grandes retos y las ganas de superación empezando casi desde abajo del todo. El primer gran reto del año, la Media Maratón de Madrid a principios de abril, cuya preparación durante el mes de marzo tuvo su colofón con un gran fin de semana en la capital y un importante contenido emocional.
Antes de esa parada, y tras la reaparición a finales de febrero en el Duatlón de Astillero, en las semanas de marzo fui progresando poco a poco y con mucho entreno conseguí una buena actuación en el Duatlón de Basauri, en el País Vasco, donde el sector de bici fue buenísimo y nos llevamos una grata impresión de la organización fuera de Cantabria, lo que nos animó a repetir en Euskadi con la cicloturista Bilbao-Bilbao.
Tras la Media Maratón de Madrid, el 11 de abril de 2010, el siguiente reto no se hizo esperar, y sin esperármelo fui seleccionado para acudir al Campeonato de España Universitario de Triatlón. Con la moral muy alta y la exigencia y obligación de hacerlo bien, los duatlones de Azkoitia, Polanco y Santander previos al Campeonato de España fueron muy buenos y serios, sobre todo en el País Vasco de nuevo, en un fuerte Duatlón de Azkoitia y en el Duatlón de Santander donde, gracias en buena parte al apoyo de mis amigos, conseguí el tercer puesto en el Campeonato Universitario de Duatlón en Cantabria. Con estos buenos resultados viajamos a Alicante donde se celebraban los Campeonatos de España. Conocedor de mis limitaciones en el agua y ante tanto gallo, mis objetivos se centraron en, además de hacer un digno papel personal, conseguir puntuar para el equipo y conseguir así algo histórico para la Universidad de Cantabria. Y se consiguió. Fue sin duda una gran experiencia deportiva y única que supuso todo un premio para mí. Con el Duatlón de Reinosa, di por concluida la temporada de duatlón y entre exámenes comencé a centrarme en el siguiente gran objetivo y gran reto del año: el Triatlón Larga Distancia Valle de Buelna, es decir, el Medio Ironman.
Con apenas mes y medio de preparación sabía que iba a llegar justito, pero por primera vez planifiqué bien las seis semanas que tenía para conseguir alcanzar este gran reto. Objetivo: acabar. Una semana antes del medio Ironman, el Triatlón de Suances, como prueba de fuego. Llegué muy bien y probablemente realicé una de mis mejores carreras de mi corto currículum deportivo entrando el 25º en meta. Fue el último empujón que me faltaba para llegar con la moral y confianza necesarias a la fecha señalada.
26 de junio de 2010. 1,9 km a nado por la playa de Comillas, 90 km hasta los Corrales de Buelna en bicicleta, y para acabar, 21,1 km, una media maratón a pie. La natación y la bici fueron increíblemente bien pero al llegar el sector a pie llegó el sufrimiento y el mayor dolor de piernas que haya sentido jamás. Después de 5 horas y 46 minutos alcancé el objetivo de sobrepasar esa delgada línea en el suelo que indicaba la meta. Probablemente, el mayor sufrimiento físico que haya vivido nunca al borde de la extenuación, y estoy convencido que la cabeza y la moral fueron las que me hicieron llegar a la meta. El sufrimiento se olvida, pero esa satisfacción de haberlo conseguido dura para siempre.
A la semana siguiente, con el cuerpo cansado, nos hicimos el doblete Alto Ebro – Bansander, donde mi mayor satisfacción, a parte de la buena carrera en Alto Ebro sobre todo, fue el bautismo en el agua de mi hermano Juan. Actuando como padrino conseguí convertirle en triatleta, como me convirtieron a mí hace tres años. Después, tras unas merecidas vacaciones de más de un mes sin competir, reaparecimos en el ya mítico Duatlón de Medio Cudeyo. A la cuarta participación, por fin entre en el top ten en Solares. Un par de semanas después el tri de San Vicente de la Barquera, acompañando gratamente a mi hermano Juan y tirando de él consiguiendo que llegara a meta. Para acabar, después de un duro agosto estudiantil, se cerraba el circuito con el triatlón de casa, en el Sardi, el Triatlón de Santander que puso punto y final a esta gran temporada llena de retos superados y sobre todo sueños cumplidos. Además, este año el equipo de Triatlón de la Universidad de Cantabria ha conseguido grandes éxitos como el campeonato regional de Acuatlón en Noja, la victoria en el Bansander y el tercer puesto en Polanco y Suances.
Nada más acabar, ya hay ganas de pensar en nuevos retos. Como guinda al pastel, de momento, nuestras bicis disfrutaran del premio de poder ascender algunos de los puertos más míticos del Pirineo francés. Quizá en las rampas del Tourmalet, Luz-Ardiden o el Aubisque aparezcan o surjan los siguiente objetivos para el año que viene. Lo que es seguro es que no serán lejanos en el tiempo y, grandes o pequeños, supondrán nuevos retos a superar, nuevas aventuras de seis y medio, pero de seis y medio sobre siete.
- Medio Maratón de Madrid 1h 33min 48seg
I Carrera Popular Nocturna Ayuntamiento de Santander
- Duatlón Astillero (61º)
Duatlón de Basauri (Vizcaya) (106º)
Duatlón de Azkoitia (Guipúzcoa) (71º)
Duatlón de Polanco (31º)
Duatlón Ciudad de Santander (36º) 3ºCto.Universitario
Duatlón de Reinosa (38º)
41º Circuito Cántabro de Duatlón
Duatlón Medio Cudeyo (10º)
- Cto.de España Universitario de Triatlón, Alicante (88º)
- Triatlón Larga Distancia Valle Buelna 5h46min (199º)
Triatlón Suances (25º)
Triatlón Alto Ebro (54º)
Triatlón Bansander (34º)
Triatlón San Vicente de la Barquera (107º)
Triatlón Ciudad de Santander (49º) - 38º Circuito Cántabro de Triatlón
Grimpeur!
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