Todos y cada uno de los días de salir a correr, entrenando, en carrera o simplemente dando una vueltuca iba pensando en aprovechar esos momentos mágicos de libertad al máximo, disfrutar ese momento, porque yo, mejor que nadie, sabía que tarde o temprano llegaría un motivo por el cual no se podría salir a correr. Estaba preparado para ello, o eso creía, y lo he tenido siempre presente.
Pero realmente, una vez que llega, uno se da cuenta que nunca se está suficientemente preparado, y que las lesiones siempre llegan demasiado pronto y en el peor momento. Esta vez ha llegado a una semana y media del inicio de la temporada de duatlón. Quizá en la vez que más sólido me he sentido, y más a principio de temporada cuando el resto no llega tan bien debido al invierno. Pero llegó y no se puede hacer nada. Además una lesión crónica en la planta de mi querido pie izquierdo que podría ir a más y en la que no existen periodos exactos de recuperación. Parón por tiempo indefinido.
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Como siempre, más duro que el bajón y dolor físico, lo peor es el bajón moral, la incertidumbre y el qué hacer a partir de ahora. Lo primero y más importante: recuperarse, o al menos intentarlo. El sentirse como sin las alas que te hacen volar no es fácil. Fuera el salir a correr con la fresca de las 8 de la tarde cuando hace falta soltar todo al final del dia, y adiós también de momento a las cimas y rutas por la montaña. No sé que es peor… todo supongo.
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Pero como siempre, de las lesiones saldrá algo positivo. Las ganas que eran infinitas se incrementarán de forma exponencial y el seguir conociéndote y saber si eres capaz de seguir adelante es más importante si cabe que el propio físico. Además por suerte, me queda la bici, mi bici que espero no me falle. De momento disfruto en todos y cada uno de los kilómetros que pedaleo. También aparecerán seguro otras actividades a parte de los ejercicios de rehabilitación, y quizá se pueda ir cogiendo forma para un largo plazo nadando.
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Y lo que ha quedado atrás no te lo quita nadie, y lo digo mirando mi colección de rutas y cimas alcanzadas y la reducida estantería que preside mi cuarto, con un par de medallas y trofeíllos, casi todas de participación, así como las decenas de números pegados en la pared, cada uno con un recuerdo, una satisfacción, un sueño cumplido.
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Con eso en la mochila, ahora sólo queda una cosa, mirar para adelante y salir de esta. Además, mi tantas veces maltrecho pie izquierdo, me ha demostrado otras tantas que se puede recuperar aunque pareciese causa perdida. Se hará duro pero en lo más profundo de la mente ya reside ese nuevo gran sueño, un nuevo reto con mayúsculas, aunque esta vez sea de otro tipo.
.Un abrazo a todos los lesionados!
Antes de que te des cuenta todo esto se habra pasado te lo aseguro,solo quedara un recuerdo difuso,y siempre de todo se saca algo bueno, aprovecha la bici y piensa en nuevos retos, muchas de las mejores sensaciones que he tenido nunca fueron sin apoyar la planta del pie, fueron flotando!
ResponderEliminarmuy pronto estaremos corriendo por el faro y hollando nuevas cimas, de momento recuperate y descansa, y sobretodo mira hacia delante, nunca hacia atras!!
animo!!!!!!!!!!
una vez más grazie mille amico!
ResponderEliminarDale Pablo! Un fuerte abrazo y a recuperarse, dale a la bici a tope!
ResponderEliminarDank u a ti tambien holandés!! en breve te mandaré a un par de italianinis por alli, enséñales la esencia del Benelux!
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