A las
6am del viernes 11 de mayo partíamos en autobús rumbo al Mediterráneo
recogiendo en Bilbao y Vitoria a los equipos vascos de la UPV y de la
Universidad de Mondragón, que traían a los hermanos Berasategui como delegados.
El buen ambiente reinó durante el viaje con comida en Calamocha y llegada con
casi 30 grados de temperatura al hotel ubicado en Burjassot, a las afueras de
Valencia. Rápidamente nos enfundamos nuestros maillots para ir a reconocer el
circuito a Puzol. Desde unos boxes de barra y perfectamente enmoquetados, algo
alejados del agua pero muy bien organizados, salía el recorrido de la bicicleta
completamente llano que recorría campos de naranjos y polígonos fantasmas. Las
ganas de que llegara el día de la carrera eran inmensas. Cena con el resto de
universidades, reunión técnica, reparto de dorsales y los nervios a flor de
piel.
Todo preparado para el gran día
Llegaba el día. La prueba masculina comenzaba
a las 13h mientras que las chicas saldrían a las 15h. Afortunadamente una suave
brisilla mitigaba algo el calor. Como el año pasado la UC se había clasificado
en Pontevedra 11º por equipos, gracias a Sandra y Sergio que este año repetían, elegimos
de los primeros en la cámara de llamada colocándonos en el extremo izquierdo
sobre la arena de la playa enfilados hacia la primera boya. El sector de natación, de 750 m constaba de dos
boyas que había que dejar al hombro izquierdo, formando un rectángulo. Bocinazo
al estilo Fede, al despiste, y a correr al agua, que estaba muy buena de
temperatura. Ya en los primeros metros vi que no tenía el ritmo óptimo y me
descolgué del gran grupo. Iba muy lento pero sin embargo no me costó completar
el sector de natación. Simplemente no tenía fuerza ni velocidad. Salida a playa con los
ánimos de Cobo y carrerita a boxes donde sólo quedaban cuatro bicicletas. Un
tanto contrariado rápidamente recobré el ánimo ya que al fin y al cabo eso entraba
en el guión después de haber pasado tanto tiempo parado. Ya era un triunfo
estar allí y lo sabía muy bien. Además llegaba la bicicleta, aunque no gozaría
de ninguna clase de repechos para recortar mucho tiempo.
Completamente llano y completamente en
solitario. 23 km de contrarreloj individual. Pasé a dos triatletas nada más salir,
pero ninguno pudo serme de ayuda y se quedaron. A partir de ahí no volví a ver
a nadie durante 10 km entre naranjos y un tramo de autovía donde había que
darlo todo. Se notaba algo el aire y había que acoplarse. Al buen ritmo que
estaba llevando estaba convencido de que tenía que alcanzar a alguien. Pero
nada, nadie por delante ni por detrás. Tan sólo con el ánimo de las guapas
chicas de la organización apostadas en cada cruce y camino. En el polígono me
crucé con cabeza de carrera. Un hombre en solitario seguido de numerosísimos
pelotones que iban volando. De la UC primero pasó Sergio, que acabaría el 33º,
a punto de alcanzar un grupo, poco después Juan. Delante de mí, en una larguísima
recta podía vislumbrar unos pocos triatletas tomando una rotonda. Cogí
referencias y me llevaban casi dos minutos. Pero estaban allí delante y a por
ellos fui. Mi compañero Pablo debía ir por ahí. Cada rotonda me servía de
referencia e iba recortando segundo a segundo. Vaya persecución. Antes de salir
de nuevo a la autovía, conseguí alcanzar el primer grupo. Unos segundos de descanso
y para adelante de nuevo en solitario ya que su ritmo no me favorecía para
seguir recortando. Ya en la autovía otros dos, y lo mismo. Cayeron otros
cuantos más, pero mi objetivo era al menos alcanzar a mi compañero. Y a tres de
meta, ya entre los campos de naranjos le di caza. Ya juntos, tiré de él para
completar la bici y llegamos juntos a la segunda transición recuperando algún
puesto más.
Transición rapida, no como la primera, y a
correr con los ánimos de las chicas del equipo dando aliento. 5km por delante
con dos vueltas al paseo de la playa sobre acera. Había que acabar. El largo paseo
sin referencias se hizo durillo, pero cogí un ritmo constante que logré
mantener firme hasta el final, sin pensar en lo que quedaba, al menos la
veteranía servía de algo. Logré recuperar alguna posición más aunque ya
quedaban pocos en carrera. A pesar de ir de los últimos, la llegada a meta fue
super emocionante para mí. No pude disimular una sonrisa de oreja a oreja de
satisfacción y alegría en los metros finales. Algunos pensarían que habría
ganado, porque lo celebré como tal, pero no, llegaba en el puesto 100º. La sensación
fue indescriptible. Sencillamente espectacular. Un escalofrío me recorrió el
cuerpo y una vez más los ojos hicieron amago de humedecerse al recordar los
"dias rojos" que había pasado hacía apenas unos pocos meses atrás y verme ahora ahí sin dejar de tener presente en esa linea de meta a quienes nunca me dejaron de apoyar. Con mi hermano que acabó el 76º, esta vez sí, ahí en meta también, había concluido mi primer triatlón otra vez. El regreso soñado. Increíble. Realmente después de
una lesión se vuelve con más fuerzas, ganas e ilusión, y cada paso adelante se
valora infinitamente más. Todo un sueño.
Con el trabajo cumplido y la inmensa
satisfacción, no tardé en recuperarme. Los zumos de naranja recién exprimidos
que nos daba la organización ayudaron y mucho, qué ricos y qué lujo. Se notaba
que estábamos en Valencia. Llegaba sin demora el turno de las chicas. Sin
haberlo comentado con ellas se colocaron en el mismo cajón que nosotros por la
izquierda. Bocinazo y nuestra mejor nadadora, Sandra, hizo una buenísima
salida. Ella y Cris eran de las pocas que no llevaban neopreno, por lo que los
colores de la UC brillaban por encima de todas, y encima en cabeza. Poco más de
11 minutos tardó Sandra en salir del agua ocupando un espectacular 15º lugar.
Fueron saliendo todas las triatletas por el pasillo. Realmente emocionante ver
la carrera de las chicas también. Ya en una zona más trasera salió Gabriela y
después una heroica Cris que conseguía completar el primer sector.
El sector de bici marcó la diferencia. La
triatleta de la UNED Marta Jiménez, sacó una ventaja irrecuperable para el
resto y a la postre se proclamaría campeona de España por delante de Estefanía
Domínguez y Tamara Gómez. Sandra que había perdido algunas posiciones realizó
una buena transición y pisándole los talones llegaba una brava Gabi tirando de
su pelotón habiendo recuperado mucho. Gabi también corrió conmigo en Alicante y
fue una alegría reencontrarnos este año en Valencia. Al final acabarían juntas
ocupando la 41º y la 42º respectivamente. Poco después llegaría Cris acabando su
primer triatlón y haciendo historia para la Universidad de Cantabria, logrando
acabar los 7 miembros del equipo. ¡Enhorabuena a todos!
La Universidad de Cantabria ocuparía la 12º
posición, igualando prácticamente el puesto del año anterior en Pontevedra y
mejorando el del 2010 en Alicante, así que objetivo cumplido y con creces.
Además este año la participación de universidades fue más elevada por lo que
comparativamente se puede considerar todo un triunfo de este equipo con Cobo a
la cabeza. En categoría masculina ganó Oscar Vicente de la Univ. de Vigo
escoltado por los triatletas de la Politécnica de Madrid Vicente Hernández y
Rodrigo González. Por Universidades La Universidad de Valencia fue la campeona
de España por delante de la Complutense de Madrid y la Univ. de Alicante. Una
fiesta a orillas del Mediterráneo.
El fin de semana concluyó volviendo al hotel
en bici desde Puzol a Burjassot con los vascos. Teníamos ganas de más. La cena
y la "reunión técnica post-carrera" sirvió para compartir
historietas, anécdotas y para cerrar una gran experiencia y un gran viaje.
Algunos nos acercamos a Valencia por la noche también para celebrarlo, y a la
mañana siguiente nos montamos de nuevo todos en el autobús para volver, tras
unas cuantas horas, a nuestra fresca y querida Cantabria, con los deberes bien hechos,
nuevos amigos y otra gran experiencia en la mochila, pero sobretodo, con la sensación
de haber logrado alcanzar otro gran sueño.
Grimpeur!