Dublin Half Marathon. 6583 |
Hacía apenas una semana que había llegado a
la capital irlandesa, pero la media maratón de Dublín era una cita a la que no
podía faltar. A principio de año me mentalicé que, después de la lesión, no iba
a correr ninguna larga distancia, pero tal y como había transcurrido la temporada,
el cuerpo y sobretodo la mente me pedía esto. Por fin, una media maratón, la
distancia más bonita y con más significado.
Momentos previos a la salida. Dublin Half Marathon |
A las 10am se daba la salida en mitad del
Phoenix Park, un grandísimo parque en medio de la ciudad. El Phoenix Park es el
parque urbano más grande de Europa, siendo dos veces más grande que el Central
Park de NY. Ambientazo previo. Yo recogí el dorsal en el Help Desk sin
problemas, a pesar de que me habían mandado el número a España. Pero yo estaba
aquí, yo estaba en Dublín, ante ese arco de salida ya, junto a miles de runners
como yo. No me lo podía creer. Un speaker hizo un speech super motivador antes
de la salida. La emoción me sobrevino y disfruté de ese momento con el que
tanto había soñado. Otra vez en una media maratón.
Otra vez en una media maratón. Con la camiseta del Café Comercial. |
Salida! 21,1 km por delante, algo más de
13millas. Mi objetivo era sin duda disfrutar de la carrera, intentando bajar de
1h 40min. No había hecho para nada un entrenamiento específico para esta
prueba. Tan sólo contaba con el gran momento de forma con el que había acabado
la temporada de triatlón. La Salcedo-Soña-Salcedo de 14km en Cantabria, me
había servido para confirmarme que tenía la distancia al alcance de mi mano. Me
situé cercano al globo de 1h30’. Podría salir con ello de referencia e ir
perdiendo después algo de terreno. Pero poco después de salir vi como mi ritmo
era cómodamente superior. El recorrido transcurría por las carreteras que
atravesaban el frondoso parque, o más bien bosque. Espectacular. Las distancias
no estaban marcadas por kilómetros, sino en millas. Sin duda fue de lo más duro
de la carrera, porque las millas (unos 1600m cada una), se hacían eternas. Fui
superando corredores y me enganché a un corredor de barba y camiseta roja con
el que hice prácticamente la mitad de la carrera. Junto a él, y pasando la
tercera milla pensé que quizá iba por encima de mis posibilidades. Ciertamente
así era, o al menos por encima de mi objetivo inicial. Pero, ¿por qué no? me
estaba encontrando cómodo y disfrutando de la carrera. En el primer paso por
donde estaba la salida me solté de él y me uní a un sólido grupeto de gente
veterana. Estos iban más fuerte aún, pero ya estaba metido en carrera. Todo
para adelante ante los ánimos de la gente y los niños chocándote la mano.
Donde diablos está la mitad de la carrera,
pregunté a mi compañero de ruta. Empecé a sufrir. Todo el trazado transcurría
por un asfalto en perfecto estado. Demasiado perfecto y demasiado duro para mis
pies. Además, a Irlanda no me había traído las zapatillas de correr, sino las de
trekking… estaba echando a mis Asics. Por un momento me vinieron los fantasmas
de la fascitis ya que empecé a tener molestias… y me vino a la cabeza que quizá
no podría acabar. Y aquí fue donde entró en juego la cabeza y la pasión. No me
puedo ni creer cómo conseguí tirar para adelante y durante tantos kilómetros.
Los mensajes motivadores que había por toda la carrera ayudaban, y sobre todo
la gente que llevaba conmigo dentro de mí. Me acordé en estos momentos de mi
gente y me reenganché a mi grupo.
Increíblemente, fue a partir de aquí donde
corrí más rápido. Los datos del Endomondo me confirmaron que entre el km 13 y
el 16 corrí a un ritmo de 4min/km. Estaba volando. A este ritmo y tal y como
iba, empecé a pensar que podía quedarme cerca de mi mejor marca en una media,
que conseguí en la Bajo Pas de 2009, 1h 28’ 40’’. Siempre había dicho y
comentado con mis amigos que me sería imposible regresar a esa marca… Después
de este rapidísimo tramo, en el que iba cogiendo la hierba que buenamente podía
junto a unos franceses, nos sacaron fuera del parque, y empezó realmente el
sufrimiento. El asfalto dolía, y empecé a tener problemas para mantener el
ritmo. Volvimos al parque y nos enfrentamos a una larga rampa. Crisis.
Sufrimiento, mucho sufrimiento como nunca.
Perdí a mi grupeto y me empezó a pasar gente y más gente. Las piernas no
podían. Aunque las plantas de los pies iban bien, el gemelo izquierdo me dolía
mucho. Para colmo, el flato, que hacía siglos que no me daba. Iba roto. Ultimas
millas. Ultimas e infinitas 3 millas!! Uffff iba para atrás… había bajado de un
ritmo de 4min/km a más de 4,30min/km, aunque parecía que iba más lento. Pero me
quedaba un as en la manga. Aunque siempre “en mi mente” durante toda la carrera
y todos los días, había reservado los pensamientos en la persona que tenía ahí
al otro lado para pasar los últimos kilómetros como un comodín que sabía no me
fallaría. Ahí es donde te das cuenta y vuelves a confirmarte que realmente la
cabeza tira muchísimo más que las piernas. Las piernas no iban, pero las ganas
y el corazón iban al 200%.
Qué sufrimiento pero quedaba poco, no quedaba
nada y había que dar el resto. Mi casio me decía que podía batir mi record,
pero para eso no podía perder ni una zancada. Última milla y por fin pude ver
entre los árboles las banderolas de meta. No tenía ni fuerzas… pero esprinté!!!
Entre una multitud y con una sonrisa enorme llegué a metaaaa!!! 1h 28’ 26’’!!
No me lo podía creer! Lo había conseguido… ¿Cómo lo había hecho?!!Metaaa! Dublin Half Marathon'12. 1h 28' 26'' |
El entrenamiento es importantísimo… pero la
cabeza es esencial. Todas y cada una de las zancadas habían valido y si no
llega a ser por la cabeza hubiera sido imposible mantener ese ritmo para
conseguirlo. Eché de menos a mi gente en meta, alguien con quien poder
compartir estos momentos aquí en Dublin… Estaba roto, pero muy muy feliz! Y ese
es el verdadero secreto. Después de todo el año pasado, este año me ha venido todo
de cara, cada día es un sueño y cada momento un milagro. He vuelto a correr, he
vuelto a volar. Muchas gracias a todas esas personas que lo habéis hecho
posible, sobre todo a quien me llevó en volandas esas últimas tres millas y
hace despertarme todas las mañanas con una sonrisa. Al fin y al cabo, eso es lo
realmente importante. Graciasss!!!
1h 28’ 26’’… Increíble pero nueva Personal
Best en una media maratón!
Grimpeur!