Llegó el día! Y el día amaneció más que lluvioso... cómo caía! Primera carrera del año, Duatlón de Galizano. Hacía tiempo que no veía tanto agua en la carretera, y la organización optó por suprimir en el sector de bicicleta la subida y por tanto la bajada al Alto de Ajo, añadiendo una vuelta más por la recta de Galizano. En total 6km a pie, 33 km en bici y 3 km corriendo para acabar.
Día de reencuentros: Juanillo, Nanduco, Berto, Chano, Zubi, Felipe, Manolo, Poo, Jose y Jorge Sierra de la UC, Pablo Martínez y cazorla desde la barrera... y tantos otros amigos y conocidos, aunque se echaron en falta bastantes caras mitiquísimas que seguro se irán añadiendo a la fiesta a medida que avance la temporada.
La lluvia era la auténtica protagonista, caladura y frío en la espera a entrar a boxes entre breves charlas. Calentamiento raudo y a línea de salida!! ¿Cual es la estrategia? Hoy no hay estrategia... correr y ver cómo van respondiendo las piernas. Salida!! Ubicado en el centro del pelotón, enseguida me coloqué a la estela de Juanillo, y éste empezó a apretar. Para nada tenía pensado seguirle, pero, ¿por qué no? a ver que sale. Empecé a hablar y a contarle cosas a Juan mientras el pelotón se estiraba y nosotros tensábamos. Juan no me dejaba hablar... no hables!! jeje. El sector constaba de dos vueltas, yendo hasta la playa y volviendo con dos repechines por los que fluía un río de agua sobre todo en el segundo. Buena primera vuelta en algo más de 10'. La segunda dejé a Juan que se fuera, el ritmo era demasiado y preferí por regular que esto iba a ser larguillo y era la primera del año. Perdí algunas posiciones y, bajo la intensa lluvia, completamos la segunda de las vueltas.
La transición me la tomé con calma, me descalcé, me mojé, aun más los calcetines, me puse el casco, me calcé los botines y me puse un chaleco cortavientos que me dejaron los Reyes, hoy no tenía por qué pasar frío, aunque luego ví que muchos de los duatletas iban a pelo, o al menos sólo con una térmica interior. Con la bici en la mano subí corriendo hasta el final de la cuesta de salida y ya me monté bajando. A por la rectona de Galizano y sin drafting (sin poder ir a rueda).
El viento soplaba anortado pero tirando a gallego, por lo que la ida hacia Somo, pegaba de cara, y la vuelta a Galizano a favor. Tres vueltas, tres largas vueltas. Las idas se hacían duras, y, aunque no quité en ningún momento el plato grande de 53, los ligeros repechines de mitad de recta y los de la rotonda de Loredo, obligaba a meter cadencia. Siempre acoplado, o intentandolo (me gustaría verme que posición real llevo), lo cierto es que se notaba cuando iba agarrado a los acoples, pero también los brazos y, no tanto, la espalda, notaban la posición prolongada a medida que transcurrían los kilómetros por la recta. Al contrario de lo que me solía ocurrir en los primeros años en los que recuperaba puestos en la bici, ahora no hay quien adelante a gente... cómo van!! En todo el sector sólo pasé a un duatleta y fui sobrepasado por bastantes. Quizá el Alto de Ajo me hubiese venido bien, pero bueno, hoy las posiciones eran lo de menos aunque siempre gusta competir.
A mitad de sector me alcanzó mi compañero Porti. Habiendo rodado los 15 kms anteriores sin mucha ambición, la llegada de mi compañero me reactivó y me motivó para aguantarle, incrementando un pelín el ritmo. Manteniendo las distancias legales, fuimos pasándonos y comenzamos la última vuelta, que quizá fue la mejor, en un sector en el que mantuve bien el ritmo sin altibajos, pero sin verme para nada con chispa y fuerza en las piernas. Una conclusión clara... he llegado muy muy falto de kilómetros y sólo queda una cosa... ENTRENAR!
La última vuelta solté a Porti y en solitario llegué a boxes... uff qué de bicis! Con las patas como palos eché a correr. Cuadriceps duritos, biceps sorprendentemente bien y lo que peor tenía eran los gemelos que los tenía durísimos y, como digo, como palos. Pero a medida que fui recorriendo los últimos tres kilómetros, me fui encontrando mejor. En el segundo repecho me alcanzó un hombre del Ozono y le seguí, lo que me ayudó a cazar a otro duatleta. Sin embargo, les noté sufrir, y bastante lejos, me encendí e hice un cambio de ritmo que debía mantener porque el hombre del Ozono no cedió en el intento de seguirme. Desde que mi amigo Dani Lanza me fundió en el sprint en nuestro prmer Galizano, en 2008, no he vuelto a perder un sprint en este final, aunque estos sean para defender posiciones más que discretas. Con buenas sensaciones tras la palizuca de más de hora y media, crucé la línea de meta en la discreta posición 69º de 105 participantes que acabamos.
No hubo mucho tiempo para comentar mucho la carrera y las condiciones meteorológicas tampoco invitaban a ello, pero las conclusiones son claras: hay que entrenar más, porque la gente va mucho. No ha sido la más divertida de las carreras pero la primera para la saca, y con un puntín más para la próxima, la semana que viene en El Astillero, con algún repechín más y, esperemos, con mejor tiempo!
Esto ha empezado... y no va a parar! De aquí, para arriba!! Sólo queda mejorar!!
Grimpeur!!
Grimpeur!!
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