· Tiempo: 3h 30min
· Desnivel: 520m de bajada
· Cimas: Ninguna
· Máxima cota: 920m
· Nivel Dificultad: Intermedio
Ruta 47: Ruta del Extraperlo
1 de enero de 2011, soleado. Montañeros: Isabel, Rodrigo, Miguel, Tomás y Pablo. Fauna avistada: unos diez corzos y un zorro.
Día de Año Nuevo. Ya es una tradición recibir el año con una ruta por la mañana. El cansancio y sueño después de haber dormido poco más de 2 horas tras las fiestas de la Nochevieja pronto se olvidaron subiendo el puerto de las Estacas de Trueba con magníficas vistas. La ruta comenzaba desde el castillete de la curva de Pellallanas en el km 12 de subida, donde hay un mirador con vistas sobre el Yera y desde donde se adivina la senda que atraviesa la empinada ladera Oeste de la montaña hasta el Portillo de la Tajá. Este primer tramo es bastante espectacular y la caída herbosa que hay hasta la carretera impresiona, lo que puede hacerse complicada para gente con vértigo. Pero con cuidado y buen paso fuimos siguiendo el caminito que antiguamente era utilizado por los pasiegos para pasar el contrabando en burros, de ahí el nombre de la ruta: Ruta del Extraperlo.
Caminando hacia el Portillo de la Tajá con el valle de Yera al fondo
Atravesamos con mucha precaución varios neveros que aún quedaban de la última nevada y llegamos a la arista. De ahí nos acercamos al Portillo de la Tajá, una muesca en la montaña que es un paso natural de animales y donde vimos huellas y rastros de corzo y jabalí. Al otro lado aparecían las vistas de la imponente pared del Castro Valnera desde donde nace el Pas en el Churrón de Agualto cuya caída de agua se llegaba a ver desde nuestra posición. A sus lados bajaban dos aristas, El Guerón y el Cerrillo de la Candenosa, encima del cual está el enclave llamado La Vara, un grupo de cabañas abandonadas donde originariamente estaba el ayuntamiento de la Vega de Pas a más de 1100m de altitud. Con esas preciosas vistas, antes de llegar al Cornezuelo nos tiramos hacia la vertiente Este bajando en diagonal un poco por el monte de las Garmas, un hayedo de árboles jóvenes. Antes ya habíamos avistado el primer corzo del día que se bajó toda la ladera hacia el otro lado. Después de pasar por las cabañas de Bercedilla, vimos otros dos y luego otro par de ellos. El colofón fue cuando en las cumbre vimos a un grupo de cinco corzos juntos, algo poco habitual.
Corzo
Ya por una pista continuamos siempre bajando. Atravesamos grupos de cabañas y praderías con un paisaje precioso de montes, bosques y cabañas pasiegas, con el Castro Valnera siempre presente bien arriba. En una de esas fincas Rodrigo sorprendió a un precioso zorro que atravesó rapidísimo todo el prado con su larga cola roja. Muy bonito. La pista ya bien pavimentada comenzó a bajar con más pendiente y tras unos cuantos curveos llegamos a la carretera de Pandillo cerca de la Vega, al barrio de Portilla, donde habíamos dejado el coche y donde concluimos esta preciosa ruta con la que recibimos el Año Nuevo. ¿Qué mejor manera de empezar el 2011?
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