Nada más acabar el gran día del Km Vertical
de Fuente Dé, Lucía Ibañez me comentó la existencia de otro Km vertical en
Brañosera, Palencia, y que pintaba muy bien. Carlos se perdió la ascensión al
Cable y un día, en un sólo momento, nos motivamos y marcamos esa fecha en el
calendario, 5 de agosto de 2012.
Iba a ser la primera carrera de montaña
juntos, y pese la ausencia importante de Luis, la expedición se completo con
tres campeonas, Lucía, Gema y Paz. Quién lo iba a decir, de cinco que íbamos,
había más chicas que chicos.
A diferencia de Fuente Dé, la carrera de
Brañosera era una cronoescalada de 7,8kms de distancia, salvando casi los 1000m
de desnivel existentes entre el pueblo de Brañosera y la cima del
Valdecebollas, a 2139m de altitud.
Muy temprano, antes de las 7am, salíamos de
Santander con una climatología malísima. ¿A dónde íbamos? Habíamos sacrificado
otra noche de sábado para levantarnos de madrugada en un día de lluvia, niebla
e incluso frío. Pero a medida que nos íbamos acercando al objetivo de la
salida, el tiempo fue suavizando, sobretodo cuando atravesamos el puerto entre
Campoo y Brañosera, desde donde las nubes nos dejaron vislumbrar parte del
recorrido hacia el Golobar.
Momentos previos a la carrera
Llegamos a Brañosera, dorsales, ambiente,
algún que otro conocido, ropa para la cima y la vista puesta en el gran reloj
que marcaba la salida a partir de las 9am. Lucía empezaba a las 9:07:30, Gema
salía a las 9:12:00, y yo 30 segundos más tarde. Después Carlos y Paz. Salida.
Al ser cronoescalada íbamos en solitario, pero todos vivimos y pisamos el mismo
recorrido.
Salida de Lucía
Tras unos 600m de pista de hormigón neutralizados
de salida del pueblo, rápidamente se empezaba a subir por un empinadísimo prado
que era realmente duro. Por suerte era sólo un pequeño tramo y la carrera
continuaba con una larga aproximación de llano y pequeña subida en la que se
podía correr de aproximación al valle de Golobar. Precioso camino entre bosque
y atravesando varios ríos. Más bien vadeándolos, pasando de piedra en piedra.
Muy bonito. POco a poco se iba empinando la carrera. Primero suavemente, lo que
permitía seguir corriendo. Luego ya se abría y siguiendo el recorrido por banderines,
empezaban las cuestas de verdad. Primer tramo andando. Me pasaron varios
corredores, yo pasé a una chica a la que animo. Voy cómodo, pero sin dejar de
mirar de vez en cuando para atrás esperando la caza de mi amigo Carlos. Nos
metemos en la niebla. SI viene por detrás ya no me verá, como no le veré
llegar. Así que para adelante, no queda otra. Algo vacío, llego al punto de
avituallamiento donde me paro bastante tiempo y sólo me preocupo en comer
sólidos. El plátano me viene de maravilla y seguimos para adelante después de
pasar el chip. Empieza lo bueno.
Hasta aquí había sido un bonito juego de
niños comparado con lo que venía. La ladera se iba empinando cada vez más, y la
única referencia era el banderín siguiente. La niebla no dejaba ver más. Casi
que mejor. A buen ritmo, andando claro está, voy ganando metros y veo como
empiezo a recortar a un corredor que me pasó corriendo el tramo anterior. Voy
cómodo, ahogado pero cómodo, con fuerza. Mi técnica de subida se torna en subida
a gatas apoyándome y agarrándome con las manos a los brezos y cardos. El
terreno era herboso, con pocas piedras a las que utilizar como escalones, lo
que hacía la ascensión más dura que Fuente Dé a mi parecer. Una ladera pindia
pindia y los banderines nos llevaban a atacarla directamente hacia arriba.
Brutal!
Realmente se hizo eterna, pero de repente ví
al de adelante alcanzar un banderín y empezar a correr hacia la izquierda.
Llegábamos al Cueto Canaleja que ya habíamos coronado allá en 2010 Carlos y yo
nevado volviendo de una San Isidro en Palencia. Arriba en la cumbre hacía frío
y se empezaba a cumbrear por la amplia divisoria. Corriendo y picando para
abajo, ya sabía que lo tenía pero faltaba el último esfuerzo. Un par de bjadas
un poco técnicas por rocas y dos Guardia Civiles me indicaron que sólo me
quedaba el último repecho al Valdecebollas. En la montaña había gente entre la
niebla, pero nada comparado a lo que había en la cima. Glorioso cartel de 300m
a meta y a correr a todo lo que daba. AL fondo el Torreón, y el arco de meta.
Un motivante speaker cantaba mi nombre y me animaba, contrameta, giro y recta e
increíble final. Cimaaaa!!
Nada más llegar nos daban nuestros tiempos de
carrera, en mi caso 1h 12min 29seg, 20 más que una grandísma Lucía, la mejor de
los cinco, y sorprendido porque Carlos no me había alcanzado, y es que subí
fortísimo, con unas grandes sensaciones y una espectacular fuerza. Carlos hizo
unos 50 segundo más, muy parejos y mientras Gema alcanzaba el avituallamiento,
Paz lograba alcanzar la cima ante una emocionada expresión en la cara de
Carlos. Reto conseguido, aunque la verdadera aventura había sido presentarse
ante tal coloso como el Valdecebollas, en carrera y con estas duras condiciones
climatológicas.
Nos dejamos de comentar la carrera y hablar de
otras potenciales mientras nos cambiábamos e íbamos a comer a Aguilar con la
maratón de Londres de mujeres en la tele. Gran día y gran reto. Ansiosos no
hacíamos más que pensar: ¿¿Cual es la siguiente?? Ni más ni menos, y sin
esperar, al día siguiente teníamos el siguiente objetivo: La mítica
Salcedo-Soña-Salcedo. Pero eso, eso es otra crónica dando como cada día, otro
pasito más adelante, con la moral, y por lo que se ve, las patas, in crescendo
cada momento, cada evento único que es cada día.
Grimpeur!
No hay comentarios:
Publicar un comentario