domingo, 3 de junio de 2012

MACIZO DE CANDINA

·      Salida-Llegada: Sonabia (60m), Alto de Fermedal o Candina (134m)
·      Tiempo: unas 5h
·      Desnivel: 426m de subida y 352 de bajada
·      Cimas: Solpico 486m
·      Máxima Cota: Solpico 486m
·      Nivel de Dificultad: Avanzado

27 de mayo de 2012, solazo espléndido. Montañeros: Món, Rocío, Manu Villar, Susana y Pablo. Fauna avistada: buitres de la colonia de buitre leonado más cercana a la costa, lagartos verdes.

Había ganas de una ruta y debido a su cercanía a la costa y el gran tiempo que daban las previsiones escogimos ir a conocer el impresionante Macizo de Candina, una gran mole kárstica que se eleva sobre el mar entre Liendo y Oriñon. Nuestro desconocimiento de la zona era notable y primeramente pensábamos que la montaña era más accesible para todos los públicos, pero nada más lejos de la realidad.

Desde el pueblo de Sonabia, comenzamos la ruta con dirección la senda que discurre hasta Laredo. El Candina se elevaba amenazante desde la misma línea de costa. El sendero transcurría por las dunas de la playa de Sonabia que parecían querer subirse a la roca vertical. El terreno por la arena era incómodo y nos desviamos sin quererlo del camino correcto. Subiendo por la duna alcanzamos la roca que se elevaba verticalmente y por su pie fuimos avanzando hasta alcanzar una gran cueva. Las vistas desde aquí eran ya realmente impresionantes sobre el Cantábrico y la Punta de Sonabia con su forma de ballena. 


Playa y Punta de Sonabia desde donde comenzamos la ruta

No fue fácil llegar hasta allá, sobre todo para alguno de nosotros que venía a nuestras rutas por primera vez. Además sufriendo de vértigo no es que disfrutase mucho de este tramo. Desde arriba divisamos que el camino correcto avanzaba más debajo de nosotros, pero no había vuelta atrás. Por un senderuco de cabras continuamos avanzando por la ladera herbosa hasta lograr unirnos al camino principal que en una zona comenzaba a ascender hacia arriba directamente. Afortunadamente lo peor ya había pasado.

Desde aquí superamos un tramo bastante vertical pero seguro, ayudándonos un poco de las manos para llegar a una mesetilla con praderas sobre los acantilados. Las vistas aquí superaban a todas las anteriores, con el mar azul y el Monte Buciero dominando la Bahía de Santoña y la Playa de Salvé de Laredo. Bajo nosotros el mar a cientos de metros de caída vertical y hacia el suroeste el poljé del bonito valle de Liendo. Alcanzamos un increíble cortado en la roca donde existían cables para ayudarse con las manos. El momento foto era obligado. 


El grupo con el Buciero y la Playa de salve de Laredo detrás

Sobre el Cantábrico


Paso de la senda que baja a Liendo y Laredo


Siguiendo por esa senda se llegaba hasta la Playa de San Julián en Liendo, pero nosotros mirábamos hacia arriba, que todavía quedaba mucho, y queríamos atacar la ascensión. Sin embargo aquí ya no existía ningún tipo de camino y la subida se tenía que llevar a cabo campo a través por una casi impracticable zona de lapiaces. Tras equivocarnos de nuevo, desistimos, y decidimos disfrutar del precioso enclave deteniéndonos a comer.

Nos merecíamos la comida y tras unas fotos, Manu y yo decidimos volver a intentar la ascensión por los lapiaces, mientras que Susana, Món y Rocío iniciaban la bajada con ganas de playa. Nuestra ascensión no fue cómoda pero, ayudándonos con las manos, fuimos ganando altura. Descubrimos dos tejos en la ladera. Nos cruzamos con un hombre de rojo que nos sirvió de referencia para facilitarnos el camino y tras departir un rato con él decidimos hacer cima y una vez desde allá bajar por el camino marcado que llegaba a la carretera al otro lado del macizo por la vertiente sur. Cima en el Solpico al mismo tiempo que el resto de la expedición llegaba a Sonabia. Vistas hacia el sur y hacia las hoyas que caracterizan el macizo kárstico de Candina. Podíamos divisar al otro lado de la Hoya Negro los Ojos del Diablo, dos grandes oquedades que se asomaban a Sonabia.
Vistas de Liendo, Laredo y el Buciero de Santoña desde la cima


Cima del Solpico 486m

Hoya Negro con los Ojos del Diablo y el Cerredo sobre Islares en la costa

Iniciamos el descenso no con mucha facilidad ya que el terreno seguía siendo incómodo. Nos introdujimos en una impresionante garganta estrecha y bajo las dos paredes verticales que nos rodeaban llegamos a una pequeña zona donde hayas y encinas convivían. A partir de aquí el paisaje se volvía mediterráneo. Las encinas poblaban las hoyas de Falluengo y Hoya Tueros que teníamos que atravesar para llegar a nuestro destino siguiendo las marcas blancas y amarillas. 


Encinares y lapiaces en el camino de bajada hacia la Hoya Falluengo

Descubrimos un cadáver de cabra devorado por los buitres del Candina que nos habían estado vigilando durante todo el día. No se hizo corta la vuelta pero charlando y hablando sin parar, fijándonos en cada detalle de este paisaje tan diferente conseguimos, entre un frondoso encinar cantábrico, alcanzar la carretera.

La ruta había concluido y con un merecido baño en la playa de Oriñón cerramos este espectacular día de sol y buenos amigos. Aunque ciertamente se complicó más de lo debido, la ruta mereció muchísimo la pena.

Grimpeur!

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