La Grúa de Piedra, Santander
El triatlón Bansander, que se celebra en las
inmediaciones de la Grúa de Piedra de
Santander, constaba, como todos los años de una distancia super-sprint
con 350m de natación con salida desde el Palacete, unos 10 kms en bici con
cuatro vueltas a un circuito llano y tramo de pavé y 1,8 kms a pie para acabar.
Rapidísimo y super divertido.
Salida desde el Palacete
La natación fue un visto y no visto. Garrido, Cazorla y Correa salían a la par seguidos de un grupo de gente de calidad como, Esteban Cerro, Pontón, Cagigas, Rumayor entre otros, y que formarían un interesantísimo
grupo en la bici. Yo nadé bastante cómodo y fuerte para lo que he podido
entrenar tan sólo este último mes y medio. La salida desde la escalinata del
Embarcadero fue preciosa y tras superar las patadas, manotazos y aglomeración
de la salida, en seguida el grupo se estiró hasta la primera boya situada
enfrente de la futura ubicación del centro Botín. Disfruté de la natación en
aguas de la Bahía, pudiendo ver desde el mar los muelles de la Grúa de Piedra
abarrotados de gente. Salida por la rampa de la Pedreñera del Puntal y
transición después de cargarme la cremallera del traje.
La transición fue algo lenta e Iriondo se me
escapó. Cogí la bici y a tope. Pasé bastantes triatletas siendo las dos
primeras vueltas las más duras. Tramo de pavé y buenos giros. Las siguientes
encontré la estimable colaboración de Gutierrez con el que di buenos relevos
para llegar a la T2 preparado para la breve y rápida carrera a pie.
En cabeza se había destacado Correa que fue
el vencedor seguido de Pontón. La lucha por el tercer cajón estuvo muy bonita
entre Esteban Cerro, Ruiz Cagigas y el asturiano Garrido que conseguiría llegar
delante. Después de una rápida transición cogí un buen ritmo, aunque no tan
bueno como el de Gutierrez que me pasó y al que no pude aguantar, quedándome
sin nadie delante ni detrás, con lo que pude saborear dónde estaba y a dónde
había vuelto. Realmente volvía a emocionarme al recordar los días rojos de la
lesión, al ver a mis padres y mi cuñado y demás afición animándome, al cumplir
el sueño de correr en casa de nuevo y al llegar disfrutando en la posición 30º de
entre 90 triatletas mientras Fede pronunciaba mi nombre y los apellidos de la "disnastía
triatlética" de los Martín Sarobe.
Llegada del Triatlón Bansander 2012
Grimpeur!
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