Triatlón Canal de Castilla entre girasoles. Foto: La Voz de Rioseco
Salía de trabajar el sábado a las 22h de la
noche, y entraba el lunes a las 8am... Pero había tiempo suficiente para pasar
un gran día en compañía de dos de mis mejores amigos, casi como hermanos,
viajando a tierras castellanas para visitar el pueblo de Rocío, Villárdiga en
Zamora y de paso correr el triatlón del Canal de Castilla en Medina de Rioseco.
El año pasado, lesionado, hicimos un viaje a
Zamora y pasamos por allí. A mí me sonaba que en la dársena del Canal de
Castilla se celebraba un triatlón, y soñando, comentábamos que triunfaría venir
aquí algún año a correr el triatlón y visitar Villárdiga. Sin casi ni darnos
cuenta, eso era lo que estábamos haciendo un año después.
El viaje de noche fue ameno y divertido. Una
gran cena y unas cuantas coca colas me daban la fuerza después de todo el día
currando para ir hasta Medina de RIoseco. Casi tres horas de coche escuchando
casettes de hace mil años. Muchas risas. Casi al llegar, se nos cruzó un zorro
en la carretera y le perseguimos unos metros por un caminejo. Momento en el
cual, detuvimos el motor y nos paramos a escuchar el silencio de la nada y el
increíble cielo estrellado de la meseta. Increíble!
Llegada al hostal Duque de Osuna casi a las
2am y había que dar al menos una vueltuca para tomarnos unas cerves. Bastante
ambiente e incluso una especie de verbena de barrio con temazos. Si no hubiese
estado tan cansada Rocío, que también salía de trabajar, yo me hubiese quedado
hasta las mil, y menos mal que nos fuimos, porque mañana era el gran día.
A las 8 am estaba en pie, desayuno y para el
canal a recoger dorsales. Había poca gente aún al ser pronto pero todo estaba
preparado. Organización sublime, el lugar precioso y las sensaciones
indescriptibles. Me emocioné al asomarme al canal. Espero no perder jamás esa
sensación de emoción y ojos húmedos que estoy teniendo en cada carrera desde
que volví a correr. Indescriptible.
Chip, gorro y dorsal, con la camiseta de la
prueba. Calenté un poco en bici reconociendo el terreno de la salida y llegada
en bici y Mon y Roció llegaron. Qué alegria y qué fuerza da tener a alguien ahí
al otro lado de boxes. Coloqué todo en unos perfectos boxes de barra y,
enfundado en el traje ya, me tiré al canal. El lugar realmente precioso y el
agua, aunque muy turbia, limpia y sin sólidos como la otra vez que pasamos por
allá. Una piscina.
Se tardó bastante en dar la salida pero al
fin, bocinazo de la prueba popular con distancias sprint en la que participaba
yo. Las distancias eran 500m a nado, 20km en bici y 5km corriendo lo que me
favorecía y mucho al nadar comparativamente menos de lo habitual (que suele ser
750m). La salida fue en el agua y había bastante espacio. Me coloqué muy bien
en la salida detrás de una chica asturiana que había visto en el Bansander y
que sabía que nadaba muy bien. Siguiendo su estela nadé fenomenal y muy fuerte
el primer largo, descolgándome algo en el segundo, algo que entraba en el
guión. La salida del agua era por unas escaleras verticales, muy chulo y algo
nuevo. Sorprendentemente salí el 14º del agua siendo una de mis mejores
nataciones de mi vida.
Sector de natación en el Canal de Castilla y la antigua fábrica de harinas, Medina de Rioseco. Foto: La Voz de Rioseco
La llegada a boxes fue increíble. Entré
cuarto a la T2 y Mon y Rocío estaban flipando.
Transición rapidísima y a correr. ¿Cómo responderían mis compañeros de fuga? Salimos los tres juntitos y empecé yo a tirar para ver si alguno de los dos iba desfondado. Fuimos los tres juntos el primer kilómetro y medio, momento en el cual, el tercero en discordia, el que no había dado relevos nos empezó a soltar. Yo mantuve mi ritmo, estaba corriendo bien y poco a poco se fue marchando. Poco después dejé coger unos metros al de Almería, y de eso me arrepiento, porque tenía que haber forzado a tope para aguantarle. Sin embargo seguí manteniendo mi ritmo. Me cogió unos metros y me llegó a sacar unos dieciocho segunditos. El tramo de carrera a pie era precioso también por ambas orillas del canal de castilla y sobre un piso de tierra. Últimos dos kilómetros y parecía que los de atrás no nos cogerían. Sólo miraba para adelante. Y empecé a recortar a mi compañero almeriense. Último kilómetro, últimos cuatro minutos escasos. Hay que darlo todo. Y realmente me quedaba gas. Me acerqué muchísimo a él y en contrameta los ánimos de la gente me dieron un plus. Pero el de Almería me vio y echó también el resto. Qué pena, porque podía haberle superado. Al final entré sexto a apenas 4 segundos del quinto y el cuarto también a tiro con el resquemor que quizá le podríamos haber dejado en bicicleta. EL mejor puesto de mi vida y quería más!
Carrera a pie a orillas del Canal de Castilla. Foto: La Voz de Rioseco
Transición rapidísima y a correr. ¿Cómo responderían mis compañeros de fuga? Salimos los tres juntitos y empecé yo a tirar para ver si alguno de los dos iba desfondado. Fuimos los tres juntos el primer kilómetro y medio, momento en el cual, el tercero en discordia, el que no había dado relevos nos empezó a soltar. Yo mantuve mi ritmo, estaba corriendo bien y poco a poco se fue marchando. Poco después dejé coger unos metros al de Almería, y de eso me arrepiento, porque tenía que haber forzado a tope para aguantarle. Sin embargo seguí manteniendo mi ritmo. Me cogió unos metros y me llegó a sacar unos dieciocho segunditos. El tramo de carrera a pie era precioso también por ambas orillas del canal de castilla y sobre un piso de tierra. Últimos dos kilómetros y parecía que los de atrás no nos cogerían. Sólo miraba para adelante. Y empecé a recortar a mi compañero almeriense. Último kilómetro, últimos cuatro minutos escasos. Hay que darlo todo. Y realmente me quedaba gas. Me acerqué muchísimo a él y en contrameta los ánimos de la gente me dieron un plus. Pero el de Almería me vio y echó también el resto. Qué pena, porque podía haberle superado. Al final entré sexto a apenas 4 segundos del quinto y el cuarto también a tiro con el resquemor que quizá le podríamos haber dejado en bicicleta. EL mejor puesto de mi vida y quería más!
Satisfacción con la afición sobre el Canal de Castilla
El resto del día siguió con la prometida
visita a Villárdiga donde la madre de Rocío nos dio de comer y bien. Menuda
comida. Muchas gracias desde aquí. Además nos obsequió con un magnífico queso
zamorano riquísimo. Nos tomamos unas cañas también con David, con el que
compartimos el anterior viaje a la zona y donde surgió la idea de correr este triatlón.
¿Qué será lo siguiente? Iniciamos el viaje de vuelta, dándonos tiempo a hacer
una pequeña cima en la meseta castellana con grandes vistas y para parar un
ratuco en Palencia.
Gran viaje que terminó como no cuando tras
atravesar la cordillera, empezó a llover. Qué mejor bienvenida a Cantabria con
esa humedad. Pedazo de viaje con pedazo de amigos y un resultado increíble en
un triatlón precioso y al que seguro volveremos. La moral por las nubes.
Grimpeur!
La expedición cántabra a tierras castellanas, ¿cuando repetimos?
Grimpeur!
Pablo, enhorabuena por ese puestazo!! me he leido la cronica, y como para no repetir!!
ResponderEliminarUn saludo desde Manila!!!
Laura
Un besaaazo Laura y muchiisimas gracias!! que tal todo por alli!!!' espero que genial!! besaaazo!!
EliminarSí señor! Menún titán, enhorabuena!
ResponderEliminarSiempre ahí Peter!! pa cuando la proximaa??!
EliminarDesde la organización del Triatlón Canal de Castilla, gracias por tus generosas palabras, y esperar contar con tu presencia el próximo año. Impresiones como las tuyas nos dan ánimos para seguir creciendo y hacer de nuestra carrera algo especial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel García Marbán
Ayuntamiento de Medina de Rioseco
Muchas gracias a vosotros por esa magnifica organización! Da gusto correr un triatlón asi de bien organizado! se ve y se agradece el empeño en hacer las cosas bien!! Realmente nunca olvidaré mi primer triatlón castellano!! Volveremos seguro!! un verdadero placer!!
EliminarPablo Martín Sarobe
Triatlón Universidad de Cantabria.