viernes, 19 de febrero de 2010

Ahi va otro gran amanecer

Si esto ocurre todos los días merece la pena madrugar. Eso pensé en esta mañana de otoño desde el balcón de mi casa. Y ese día mereció la pena el madrugón para hacer una de las muchas rutas otoñoles. Con este cielo de fuego, ¿quién no madruga?

Santander, noviembre 2009

Grimpeur

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