martes, 4 de enero de 2011

RUTA 46: OTERO. Circuito desde San Miguel de Aguayo

· Salida-Llegada: San Miguel de Aguayo 835m
· Tiempo: 4 horas
· Desnivel: 415m
· Cimas: Otero 1250m
· Máxima cota: Otero 1250m
· Nivel Dificultad: Intermedio

CRÓNICA Y FOTOS

26 de diciembre de 2010, soleado y todo nevado. Montañeros: Pedro, Carlos y Pablo. Fauna avistada: infinidad de rastros de corzo, zorro, liebre y muy probablemente lobo.

Ruta 45: OTERO. Circuito desde san Miguel de Aguayo


El domingo 26 de diciembre era uno de los pocos días que teníamos para echarnos al monte en todas las navidades, y los festejos de todos los días anteriores no fueron un impedimento. Por la mañana, aunque bastante tarde, salimos de Santander rumbo San Miguel de Aguayo. La nieve apareció desde el fondo del valle de Iguña y Aguayo estaba cubierto por un precioso manto blanco en una mañana soleada preciosa.

Desde los alrededores de la iglesia comenzamos a andar cogiendo un camino que se dirigía a la parte izquierda del que era nuestro objetivo, la cumbre del Otero coronada por un gran repetidor. Desde el primer metro anduvimos sobre la nieve que tenía un grosor de varios centímetros. Al apreciar que nos dirigíamos demasiado hacia el Embalse de Alsa y para endurecer un poco más la ruta, nos salimos del camino y atravesamos monte arriba un bonito prado con nieve virgen y un solitario serbal en mitad. Para alcanzar la colina tuvimos que atravesar un hayedo precioso. Un paraje espectacular con el Embalse de Alsa abajo y con un viejo conocido como el Pico Jano enfrente como testigo. Salimos del bosque y aparecimos sobre una loma donde el viento sur pegaba fuerte y daba un aire alpino a la ascensión. Bien abrigados, el frío no suponía problema, pero los abrevaderos para el ganado estaban completamente congelados con una gruesa capa de hielo y estando incluso el chorro de agua congelado. Con el Otero como referencia solo quedaba la última pala. Coronamos. Después de tantos meses volvíamos a compartir una cima con nuestros amigos que este año les toca vivir su propio Erasmus por Europa. Fotos de rigor en el vértice geodésico con vistas hacia el Embalse del Ebro y para abajo por la vertiente Oeste.


La bajada quizá fue lo más complicado de la ruta pues el espesor de la nieve alcanzaba cerca de medio metro y se hacía muy dificil el andar hundiendo toda la pierna. Superamos este tramo que nos llevó bastante tiempo y donde descubrimo el rastro de un cánido. Demasiado pequeño para un mastín y demasiado y solitario para otra clase de perro. Además se apreciaban las garras. Todo indicaba que se trataban huellas de lobo que por otro lado parece que andan frecuentando estos montes de Aguayo esta temporada. Junto a un abrevadero, bien llamado Fuente de las Nieves, comimos con el poco calor que daba el sol de cara. Con fuerzas renovadas intentamos continuar para ver si podríamos llegar a la siguiente cima, el Fuente del Moro, pero la proximidad del crepúsculo nos obligó a desechar esta opción y bajar atravesando un hayedo también precioso y bastante más cerrado y angosto que el de subida. El espesor de la nieve era considerable, pero este nos ayudó a bajar campo a través sobre los matorrales que poblaban el bosque hasta alcanzar el río que nos llevaría a la pista que llegaba a San Miguel de Aguayo.

Tras cuatro horitas de ruta, cerrábamos el circuito en este precioso día de invierno, muy recomendable para traverseros, como vimos cerca del Otero. Con la satisfacción de haber aprovechado un buen día de monte, regresamos con la nieve en las cunetas e imaginando como quizá algun día pudiésemos realizar esta bonita ruta con esquís de travesía en un día como este.


Grimpeur!

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