jueves, 26 de julio de 2012

PEÑA REMOÑA Y LA PADIORNA POR LOS TORNOS DE LIORDES


·      Salida-Llegada: Fuente Dé 1084m
·      Tiempo: casi 10 horas
·      Desnivel: cerca de los 1800m de desnivel positivo
·      Cimas: Peña Remoña 2229m, Torre Alcacero 2219m, Peña La Regaliz 2196m, La Padiorna 2319m
·      Máxima Cota: La Padiorna 2319m
·      Nivel de Dificultad: Avanzado


8 de julio de 2012, nublado, nubes y claros en Liordes y niebla. Montañeros: Damián, Carlos y Pablo. Fauna avistada: un montonazo de rebecos por todas partes.

El domingo estaba llamado a ser un gran día de Picos de Europa y madrugando y cargando el alimento en la mochila en forma de tortu en Potes nos plantamos en la base del espectacular circo de Fuente Dé. Un mes antes habíamos estado aqui compitiendo en el Km Vertical, y hoy todo eran anécdotas y puro disfrute.

Esta vez nos tocaba superar la inmensa mole por la mítica vía de los Tornos de Liordes. A un espectacular ritmo, fuimos elevándonos sobre Liébana y pronto nos internamos en la niebla. Una pena, pero sin duda los Tornos se volvían más enigmáticos toda vía pues no se veía el final. El primer rebeco del día nos anunció que estábamos próximos a la increíble Vega de Liordes, y efectivamente, la niebla se disipó y aparecieron las verdes praderas de Liordes rodeadas de las paredes grises de Remoña, La Padiorna y la Torre de Salinas. Por fín llegábamos a Liordes. No lo conocíamos aún y teníamos unas ganas inmensas de llegar a este mítico enclave. Y realmente es muchísimo más bonita de lo que podíamos llegar a habernos imaginado.
Una vez aquí, la cima de la Peña Remoña era nuestro objetivo, aunque esta se encontraba escondida en la niebla. Sin embargo iniciamos la ascensión y nos cruzamos con un gran grupo de vascos que bajaban de la cima. Sin mucha complicación alcanzamos la cima. Lástima de las vistas, pero sin duda, volveremos otra vez. Desde Remoña, se nos ocurrió hacer alguna de las cimas de su cordal, y casi nos lo hicimos entero. Cayeron la Torre Alcacero y la Peña Regaliza entre otras antecimas. Zonas técnicas y llegó un momento en que no quisimos arriesgar demasiado y decidimos bajar por donde habíamos venido. En una pequeña braña, echamos cuenta de los primeros bocados de los tortus de chorizo, queso de Tresviso y pisto. Cómo entraron.

Nuestra idea inicial era bajar por el Collado de Pedabejo hacia Campodaves y de allí a Fuente Dé, pero de repente Carlos propuso intentar la mole que teníamos enfrente: La Padiorna con sus 2319 metros. Teníamos que superar el sedo de la Padiorna desde Liordes y de ahí a la Colladina de las Nieves. Una vez echa cima nos tiraríamos por la Canal de San Luis hacia el Cable y bajaríamos por la Jenduda. Llévábamos un buen rutón en las piernas, pero los tres nos tiramos a la nueva alternativa. Atravesamos el espectacular paso del sedo de la Padiorna, sin mayores dificultades tampoco, y tras cruzarnos con un grupo, mayor aún que el anterior, de chicos de un campamento que se dirigían al refugio de Collado Jermoso, iniciamos la ascensión directa por la arista hasta la Padiorna. Esta vez a un ritmo brutal. Y casi en la cima nos encontramos con un rebeco que se hizo amigo nuestro. Lejos de huir, cada vez se acercaba más a nosotros y se dejó fotografiar desde cerquísima. Hicimos cima sin vistas de nuevo. Era ya bien entrada la tarde y subía un calor impresionante desde abajo, la llamada inversión térmica. Sofocón, un poco más de comida y para abajo por la Canal de San Luis, que esta sí, estaba cubierta por una densísima niebla. La niebla de los Picos. Con precaución y siguiendo con cuidado los hitos fuimos descendiendo sabiendo que llevábamos buena orientación y sólo podíamos llegar al Cable. No había posibilidad de pérdida. Seguíamos sorprendiendo rebecos entre la niebla, y tras un largo descenso encontramos el desvío a la Jenduda, no sin alguna duda. Y aquí llegó el tramo más duro de la ruta.

Ya conocíamos la Jenduda, ya que hacía dos años atacamos Peña Vieja por aquí, pero la conocíamos de subida, no de bajada. Además el terreno estaba muy húmedo y suelto, lo que dificultaba y mucho el descenso. Poco a poco fuimos bajando con cuidado. Alguna que otra pequeña culada y alcanzamos el paso donde hay que ayudarse de una cuerda. Careciendo de toda técnica, fuimos bajando uno a uno. Prueba superada con éxito. Lo que quedaba ya estaba chupado. Salimos de la Jenduda y cogimos el camino por donde hacía apenas un mes habíamos subido corriendo hasta la estación superior del Cable. Motivados y sorprendentemente fuertes, rozando las 10 horas de ruta, nos dió por correr y acabamos el último tramo corriendo. Realmente locos y realmente un grandísimo día de Picos de Europa.

Espectacular y preciosa ruta con vistas increíbles y acabando fuertes. ¿Qué es lo próximo que nos espera? 


Grimpeur!

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