lunes, 15 de marzo de 2010

RUTA 20: BRAÑA DEL MORAL

FICHA
· Salida-Llegada: Brenes, Los Llares
· Tiempo: 5h 15min
· Cimas: El Moral 1050m
· Máxima cota: El Moral 1050m
· Nivel Dificultad: Intermedio, pero dificultad avanzada bajando el bosque

CRÓNICA
13 marzo 2010, nieve en las cotas altas y nublado el resto del día. Montañeros: Jose, Carlos, Rafa y Pablo
Fauna avistada: un grupo de ciervas en el bosque de Montequemao y otras dos un poco más abajo. Un mustélido, probablemente un turón. Cuatro cadáveres de ciervos, dos en un barranco despeñados y otros dos bastante abajo en el camino, junto al rio.

Los avisos anunciaban muy mal tiempo para el fin de semana, con nevadas y frio, y por ello elegimos las pistas de la braña del moral para disfrutar del monte sin riesgo de perdernos. A las 10:15 a.m. salimos del collado de Brenes, justo en la señal que prohíbe el paso de vehículos a la Reserva al que subimos por la carretera desde Los Llares. No hacia malo pero caían algunos pocos y de momento la nieve sólo se veía en los bordes del camino. Pasamos el refugio del Tornillo al que entramos para conocerlo. Dispone de dos plantas y no estaba muy sucio. Al salir, la nevada empezó a cobrar fuerza. Continuamos camino a Tordías y poco a poco nos fuimos cubriendo de blanco con la ventisca en contra. Nos cruzamos con un grupo de ciclistas que bajaban congelados y alcanzamos Tordias. Desde aquí salen dos pistas: una en dirección Ucieda a la derecha y a la izquierda hacia la Braña del Moral y Obios con orientación sur, la que cogemos. A partir de aquí todo estaba cubierto de blanco con unos centímetros de nieve sobre la pista, la cual se podía seguir perfectamente. Nos cruzamos con otros cuatro veteranos montañeros de la zona con quienes charlamos un rato y seguimos subiendo hasta otra bifurcación. Volvemos a coger la de la izquierda y llegamos en nada a la ermita del Moral. La pista de la derecha bajaba a Correpoco. La nevada había parado y las nubes bajas desaparecieron dando lugar a un paisaje increíble de la reserva con la nieve cubriendo el suelo de los bosques pelados. Hasta aquí tardamos 1h 45min. Entramos en el refugio de la Ermita del Moral, donde todos los años se celebra una multitudinaria romería, y comimos un tentempié antes de que un gran grupo de excursionistas llegaran a la Ermita, a los que habíamos visto llegar a Brenes en autobús justo cuando comenzábamos la ruta. Rápidamente escapamos y coronamos la máxima cota de la ruta, El Moral 1050m, momento en que el cual debatimos una nueva variante para llegar hasta el coche. No sé si acertadamente, decidimos atravesar todo el bosque y toda la garganta que nos separaba de Brenes, con lo que ello conllevaba, bajar y subir directamente: el denominado atajo. Comenzamos a descender perdiendo metros rápidamente y nos adentramos en el bosque. Suerte que dejamos la nieve arriba porque la pendiente se fue inclinando más y más y la bajada se volvió bastante complicada. Barro, hojas, alguna piedra suelta y troncos caídos y de repente, Jose, que encabezaba el descenso sorprendió a un grupo de seis o siete ciervas que al oírnos inició la maniobra de evasión de la zona. Una imagen preciosa, los ciervos a escasos 50 metros de nosotros entre los robles de su bosque. Intentamos seguirles pero escaparon con rapidez y llegamos a un punto en el que no podíamos continuar. Casi en el rio, un barranco de varios metros de caída vertical y justo debajo el cadáver de un animal muerto en el rio. Conseguimos salvar la pared por una vía más suave y arrastrándonos y descolgándonos por las varas de los avellanos ribereños destrepamos y llegamos al río. Fue cuando descubrimos que el animal muerto era una cierva bastante grande, con el costillar abierto y la cabeza con el cráneo roto desprendida del cuerpo, y junto a ella un cervatillo que había caído un poco más lejos. Se habían despeñado haría unos días justo por donde íbamos a bajar nosotros. Llegados a este punto había que subir a recuperar todo el desnivel perdido hasta el coche. Comenzamos a subir y la pared era realmente impactante. Jose decidió seguir para abajo y hasta alcanzar la carretera en algún punto y echamos a suertes quién le acompañaba pues no quisimos que fuera sólo. Por fortuna me tocó a mí, y digo por fortuna porque nada más dejar a Carlos y Rafa con su ascenso, avistamos otras dos ciervas correteando en un claro. Siguiendo los senderos formados por el paso de los animales avanzamos rodeando la montaña hasta un punto en el que decidimos que lo mejor era volver al rio y descender por él hasta Los Llares. Otra vez fuerte descenso campo a través y antes de alcanzar la ribera descubrimos un mustélido en un llano junto al rio. Negro, con manchas grises en la cara, una larga cola con mucho pelo y de tamaño considerable, lo identificamos como un turón. La sensación de avistar una alimaña como está fue casi más emocionante que ver los venados, por lo difícil que es ver un animal de estos. Ya en el rio, fuimos descendiendo a su vera pasando por cascadas y pasos muy bonitos siempre dentro del bosque salvaje y alcanzamos un sendero señalado con hitos de madera. Ya sin pérdida continuamos por el camino embarrado, cruzando las aguas de escorrentía por un par de puentes de troncos de madera y un cable en cada uno para agarrarse. En el camino encontramos otros dos cadáveres de venados, de uno solo quedaba el esqueleto y el otro daba la sensación de llevar menos de una semana muerto, tan sólo le faltaban los ojos y aún conservaba las vísceras que se adivinaban por un agujero en el costillar hecho por algún pequeño carroñero. Los dos estaban en medio del camino y dedujimos que serian animales viejos que no habían superado este fuerte invierno 2010 de tantas nevadas y habían bajado a morir al rio. Siguiendo el camino señalado continuamos bajando a buen paso y durante bastante tiempo, el sendero no era corto pero al fin alcanzamos la carretera en las proximidades del pueblo de Los Llares, momento justo en que Carlos y Rafa bajaban con el coche desde arriba. Su variante había sido más corta pero mucho más dura ya que tuvieron que ascender muchos metros. Coincidimos justo en el momento exacto. 5horas y cuarto de caminata y embarrados completamente pero mereció la pena otra vez. Concluimos la ruta y un gran cocido nos esperaba en el Manco como premio. Nos lo merecíamos.

CONSEJOS Y RECOMENDACIONES

La ruta hasta la Braña del Moral es sencilla y la pista es muy buena, apta para cualquier persona. Se puede ir y volver desde Brenes en unas cuatro horas tranquilamente. Ahora bien, la variante que realizamos nosotros se vuelve muy complicada e incluso peligrosa en algún punto del descenso, así que hay que extremar la orientación y las precauciones.

Grimpeur!

1 comentario:

  1. y eso que no visteis en el fregao que casi nos metemos Rafi y yo cuando buscabamos un collado para pasar al otro lado y nos metimos dentro de una nube de niebla!menos mal que teniamos brujula aunque nos quedamos con las ganas de ver mas animales!
    litri

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