martes, 30 de marzo de 2010

RUTA 22: SENDERO DE SAJA. Nos tocó cacería.

· Salida-Llegada: Carretera de Palombera, después del pueblo de Saja (500m)
· Tiempo: 3h 45min
· Desnivel: 600m
· Máxima cota: 1100m
· Nivel Dificultad: Intermedio

CRÓNICA Y FOTOS
27 de marzo 2010, soleado. Montañeros: Carlos, Jose, Manu Cervero y Pablo
Fauna avistada: muchos pajarillos, carboneros, pinzones, buitres sobrevolando la zona y el cadaver de una cierva recién abatida por una caceria.

Apareció un día precioso con un espléndido sol y buena temperatura, incluso calor. Madrugamos y nos dirigmos a la zona de Cabuérniga donde teniamos varias rutas miradas y, al tener que volver pronto esta vez a Santander, nos decidimos por hacer un circuito ascendiendo por el sendero de Saja que se dirige a Tudanca, alcanzar el Cahorra de 1219m y bajar campo a través por las brañas hasta las cercanías del pueblo de Saja. Sin embargo, una vez alcanzadas las brañas de Carraceu y Brañaluenga, nos encontramos con una cacería y tras encontrarnos en mitad del campo de tiro de los muchos tiradores apostados en las peñas, no nos quedó otro remedio que darnos la vuelta y concluir la ruta por donde habíamos venido.
Unos metros más arriba del centro de interpretación de la Reserva del Saja, comenzaba la pista del Sendero de la Reserva del Saja, bien señalizada con marcas rojas y blancas que indican el sendero de Gran Recorrido que atraviesa toda la reserva desde Bárcena de Pie de Concha hasta Potes. La pista empieza a ascender sin demora pero con rampas no muy duras. La anchura y la buena plataforma de la misma resta un poco de encanto a la impresionante selva de hayas que atraviesa. El hayedo es siempre un bosque muy limpio de vegetación en el suelo, el cual está cubierto por la hojarasca de las hayas. A medida que subíamos observando multitud de pájaros con sus cantos primaverales, fuimos escuchando a lo lejos varios tiros provenientes de lo alto del monte. Nos topamos con varios coches que subían y más arriba con algún montero con sus perros. No pintaba bien. Un excursionista extranjero nos pasó a buen ritmo, y si él seguía nosotros también, pero nada más salir del bosque, en cuanto los árboles dejaron paso a las brañas, nos encontramos con que estábamos en el punto de mira de los cazadores. Intentamos, sin éxito, rodear los puesto y tras conversar un poco con un tirador, decidimos regresar cuanto antes por donde habiamos venido. En la bajada impacientes e intranquilos por volver al camino nos topamos con el cuerpo de una cierva recién abatida, posiblemente por el tirador con el que habiamos hablado, y fue entonces cuando empezaron a tronar los tiros desde los puestos más arriba. Sin tiempo ni para detenernos a observar la venada alcanzamos el sendero para volver. El tirador nos explicó que era el último día de la temporada del descaste de los ciervos, esto es, la reducción de la población de venados matando todas las ciervas que salieran. Esto nos lo corroboró una pareja de biólogos que aguardaban, en sitio seguro, a la finalización de la cacería para recoger muestras de los ciervos. Charlamos un rato con ellos y comentamos que se habian dado cita muchísimos cazadores en este monte al ser el último día de la temporada y que querrian apurar lo que restaba de día. Con las vistas de la reserva que nos brindaba la Brañaluenga y con una pequeña insatisfacción al no haber podido completar la ruta por donde queríamos, comimos nuestros bocatas con un numerosísimo grupo de buitres que olían la muerte. Atajando por mitad del bosque y caminando sobre la hojarasca, bajamos hasta el inicio de la ruta. Con tiempo aún, ascendimos el Puerto de Palombera, deteniéndonos a observar encalves preciosos como el Pozo del Amo, con una impresionante cascada o el Mirador de la Cardosa, con todo el valle a nuestros pies cubierto por el extenso bosque, sin hojas, de Saja. Y es que el Saja es una selva a la que volveremos, ya sin la mala suerte de toparnos con una caceria, y en la que existen infinidad de rutas para perderse y perderse.

CONSEJOS Y RECOMENDACIONES

El consejo número uno al encontrarse con una cacería es darse la vuelta o ir por otro camino. Nosotros pudimos continuar, pero no es necesario tomar ningún riesgo de este estilo al ser poco visibles. Los que participaban en la cacería, todos llevaban chalecos reflectantes. Lo mejor es darse la vuelta y seguir disfrutando del monte.

Grimpeur!

1 comentario:

  1. Hola a todos, yo soy cazador y me gustaria poneros en conocimiento, por si no lo sabeis,de un documento firmado por la Federacion de Caza y la de Deportes de Montaña y Escalada a cerca de senderistas y cazadores. Esta colgado el documento en la pagina de la F.C.C. http://www.federacioncantabradecaza.es . En mi opinion todos cabemos en el monte pero debemos tomar precauciones y mis consejos para gente como vosotros que disfrutando de vuestra aficion os encontrais una caceria serian por ejemplo llevar en la mochila un chaleco de color llamativo para poneros en dicho caso. Tambien hay en todas las sociedades de caza unos calendarios donde indica el dia y el monte que hay batida. Y si en vez de daros la vuelta quereis seguir vuestra ruta lo mejor es que intenteis rodear la linea de puestos para pasar por su espalda.
    Sin mas un gran saludo y que sigais disfrutando de vuestra aficion, que en el monte cabemos todos.
    Por cierto me parece falta de responsabilidad del guarda no haber colocado la señal de "precaucion caceria autorizada" en la entrada a la pista como es su obligacion, asi podriais haber tenido tiempo de cambiar de ruta si os parecia oportuno.
    Lo dicho un saludo

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