jueves, 12 de agosto de 2010

RUTA 37: SAN CARLOS 2010

· Salida-Llegada: Argüebanes (500m)
· Tiempo: 9h el primer día y el segundo 7h
· Desnivel: 1785m pero acumulado muchísimo más
· Cimas: Junciana 2261, Rasa de la Inagotable 2285, Grajal de Abajo 2230, Castillo de Grajal 2090, San Carlos 2212 y Samelar 2227m
· Máxima cota: Rasa de la Inagotable 2285m


31 de julio y 1 de agosto, niebla en el valle y un espléndido día soleado arriba con todo el mar de nubes debajo. Montañeros: Pablin Ibarguren, Carlos y Pablo. Fauna avistada: muchísimos rebecos en cada rincón y risco del Oriental.

Cinco años atrás había tenido mi bautizo en los Picos de mano de mis hermanos María y Pepe y Nacho, mi cuñado, y fue una experiencia preciosa, única. Una de esas experiencias que recuerdas siempre y ansías volver a repetir. Cinco años había que esperar para volver a vivirlo. Era la romería del San Carlos. Esta romería se celebra en el pico san Carlos una vez cada cino años, el primer domingo de agosto, y en 2010 tocaba de nuevo. Marcado en el calendario desde el san Carlos de 2005, llegaron por fin las fechas de volver.

Carlos, Pablín y yo fuimos quienes nos animamos a subir, y además nos aventuramos a ir a pasar la noche arriba como hacía cinco años, pero esta vez ascendiendo por la subida más mítica y a la vez más dura, subiéndo desde Argüebanes por la Canal de San Carlos. A las 10 de la mañana del sábado partimos desde este bonito pueblo lebaniego con nubes sobre nosotros, lo que mitigaba el calor que habíamos sufrimos en Peña Vieja. Sin calor pero con los mochilones con toda la ropa, comida y la tienda para la noche, las primeras rampas se hicieron durísimas. La pista trasncurría a través de un melojar precioso pero las pendientes eran muy elevadas. Nos hicimos con tres buenas varas de avellano y nos adentramos en la niebla. Sin ver nada y sudando a chorretones por la humedad, pasamos los peores momentos del fin de semana, y eso que acababamos de salir, pero poco a poco fuimos saliendo de la niebla y de repente nos encontramos con las grises paredes de las cimas del Oriental ante nosotros y detrás un espectacular manto de nubes sobre Liébana. Después de unas 2 horas y media de subida llegamos a la majada de Trulledes donde recargámos agua y decidimos comer algo antes de comenzar a atacar la temida canal de San Carlos. A lo lejos divisamos tres montañeros que nos llevaban ventaja y estaban metidos de lleno en el pedregal. Con filosofía y un buen ritmo comenzamos a subir. Piedra a piedra, paso a paso, fuimos ganando metros de manera espectacular. Descansito junto a un nevero y para arriba otra vez. La canal, dura, es más dura psicológicamente que para las piernas. Hay que estar mentalizado para estarse subiendo un buen rato, pero al final, como todo, se logra superar. Detrás la pendiente y todo el valle de Liébana que se dejaba ver ya por la tarde sin nubes y delante el Collado de San Carlos con el Samelar y el San Carlos a ambos lados. El momento de alcanzar el collado fue una satisfacción como la de una victoria. Ya habíamos hecho el día, a partir de aquí teníamos todo el Macizo Oriental para nosotros. Decidimos dejar el San Carlos para el día siguiente ya que lo subiríamos para la romería, y tras comer enriscados con los pies hacia Liébana en un bonito enclave, atacamos la Junciana de 2261m. Una buena pala, que subimos en apenas quince minutos, y grandísimas vistas. Era la primera cima del día a la que siguieron la Rasa de la Inagotable de 2285m y el Grajal de Abajo 2230m. Para coronar la Rasa desde la Junciana, nos abrimos paso por el pie de esta impresionante mole vertical a través de un paso por la izquierda, al lado sur, donde encontramos un enclave maravilloso, una pequeña pradería que se colgaba sobre todo Liébana. Alcanzamos el camino que se dirige a la Morra desde el Casetón de Ándara y desde allí coronamos la Rasa y el Grajal de Abajo donde nos cruzamos con unos de los muchos rebecos que vimos en la ruta, pero estos a escasos metros de nosotros. Con el sol cayendo iniciamos la bajada hacia el Casetón pero nos fuimos desviando hacia la derecha hasta encontrar una bonita pradería sobre las vegas de Ándara. Divisando algunos grupos de gente que iban a hacer noche como nosotros a lo lejos, plantamos nuestra tienda y dimos buena cuenta de una gran cena viendo anochecer poco a poco. Las nubes se encontraban en el mar y sobre nosotros, después de unos pequeños nubarrones que pasaron afortunadamente de nosotros, un cielo estrellado impresionante. Nos tumbamos mirando al cielo hablando y viendo estrellas fugaces, constelaciones y la vía láctea. Un momento único que sólo se puede vivir allí. Después de ver algo más que estrellas llegó el merecido descanso en una noche que fue cómoda y muy agradable.

El amanecer fue muy fresco hasta que el sol empezó rápidamente a calentar. La primera imagen al salir de la tienda fue ver un espectacular mar de nubes que llegaba casi justo hasta nuestra posición y se adentraba cubriéndo todas las vegas de Ándara. El Mancondiú aparecía de entre las nieblas y cambiamos su ascensión, que teníamos planeada, por otro dosmil más cercano: el Castillo de Grajal que se erigía sobre nosotros con una altitud de 2090m. La ascensión, tras desayunar y para entrar en calor, fue rápida sin mochilas. Sobre el impresionante mar de nubes sobre Ándara, nuestra tienda debajo pequeñita y con gente en la cima del SanCarlos desde primera hora estudiamos la mejor vía desde donde estábamos para llegar a la cima del día. Bajamos antes de que la niebla nos alcanzara ya que subía rápidamente y cargamos con las cosas. Atacamos la cima por una canal pedregosa que se sitúa al final de las vegas de Ándara entre el San Carlos y la Junciana y ascedimos bastante rápido. A las 11 am hacíamos cima en la cima atestada ya de romeros. Una experiencia bonita la de llegar a la cumbre y ver a toda esa gente a más de dos mil metros, parece increíble, como increíbles fueron los momentos de abrirse paso entre la multitud, tocar la imagen del Sagrado Corazón que se encuentra en la cumbre y tener de nuevo esa sensación de haber cumplido otro sueño, pero esta vez un sueño que se llevaba esperando desde hacía cinco años. Unos minutos después de nosotros llegaron mis hermanos Pepe y María y mi cuñado Nacho que habían salido muy de mañana desde Argüebanes también y habían conseguido seguir con la tradición que iniciaron allá por 1990. Su quinto San Carlos. Ojalá lleguemos a esa cifra. Bonitos momento en la cima y llegó el momento de iniciar la bajada. Pero a nosotros aún nos quedaba la última cima del fin de semana, el Samelar a 2227m. Bajamos con toda la gente que había subido desde Ándara, desde Jitu Ezcarandi o Bejes, y desde Argüebanes como nosotros, y desde el collado atacamos el Samelar. La ascensión muy fácil y con ritmo fuerte, por un sendero bien marcado coronamos la última. Lástima que el mar de nubes había ido subiendo y había ocultado las cumbres de la Cordillera y Peña Sagra y ocultaba toda Cantabria. Al otro lado aún emergían las torres del Central imponentes. Ahora sí que sí, comenzaba el descenso final. Desde 2227m hasta apenas 500, más de 1700metros de bajada sin descanso. Realmente la bajada se hizo durísima, sobretodo las últimas rampas de Argüebanes. Reventados, concluímos la ruta, pero ciertamente había merecido la pena, y mucho.


Un finde increíble, una ruta espectacular, paisajes que emocionan, 6 dosmiles y una tradición que esperemos que continue. Próxima cita 2015. Queda mucho, y a saber donde andamos cada uno de nosotros, pero lo que es seguro es que el primer domingo de agosto estaremos a 2212m. El 2 de agosto de 2015 volveremos al San Carlos.
Grimpeur!

1 comentario:

  1. Tenemos una cita en el 2015!!
    quiero que me pases esas fotos ya!!!son buenisimas!!!!
    el año que viene ya se que alli donde vaya sere feliz pero tambien se que se me va a hacer un poco dificil leer estas cronicas sin haber estado alli!

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