martes, 13 de marzo de 2012

RUTA 21: TUNELES DE LA ENGAÑA Y RIO AJAN (como ruta16)

  • Salida-Llegada:Estación de Yera(700)–Km2 carretera Estacas de Trueba (350)
  • Tiempo: 3h 30min
  • Desnivel: 300m de bajada
  • Máxima cota: 750m
  • Nivel Dificultad: Principiante

CRÓNICA Y FOTOS

21 marzo de 2010. Nublado y llovizna. Montañeros: Jose, Ester, Gerar y Pablo.

Durante toda la semana se habia estado hablando de hacer una marcha conjunta con varios amigos quienes sabían de nuestras numerosas rutas. Cuando parecía que medio santander se animaría, al final los únicos valientes fueron Gerar y Ester junto con los guías Jose y Pablo. El madrugón, la neblina matutina con su calabobos y, sobretodo, la fiesta, echaron para atrás al resto del grupo quienes se quedaron sin conocer lo que reporta la montaña y la grata sensación después de una buena ruta. Salimos dirección Vega de Pas. Nuestra intención hacer la ruta de los Túneles de la Engaña bajando por el río Aján hasta la carretera de Estacas de Trueba (Ruta 16). Decidimos esta ruta por su facilidad, pero también por la belleza y la cantidad de detalles y curiosidades a lo largo de todo el trayecto que transcurre por lo que iba a ser la vía ferrea entre Santander y el Mediterráneo construida en la postguerra y que nunca llegó a funcionar. Dejamos un coche en la carretera y con el otro subimos a la Estación de Yera. El tiempo era nublado, pero parecía estable, y la cota de niebla se encontraba a unas decenas de metros por encima de nosotros, lo que hacia el paisaje precioso con las nubes contactando con las ramas desnudas de los robles. El primer túnel lo rodeamos por el exterior, pasando junto al polvorín de la dinamita que se utilizó para la construcción de los túneles. Atravesamos los siguientes y llegamos hasta los barracones donde dormían los prisioneros de guerra que construyeron los túneles.

Recordamos durante toda la ruta la película de Gutierrez Aragón que se rodó hace pocos años en la zona, “La vida que te espera”, que trata sobre los pasiegos y cuyas escenas centrales transcurren en lugares de la ruta. Cruzamos el último túnel antes de llegar al Túnel de la Engaña. La humedad del ambiente hacía sentir aún más la sensación de estar inmersos en las montañas pasiegas. Llegados al famoso túnel que atraviesa la montaña con sus casi 7km de longitud, decidimos adentrarnos para ver como se encontraba su interior. Comenzamos a andar y al poco tuvimos que sacar las linternas. Se dice que el túnel está derrumbado hacia la mitad del mismo, pero sorprendentemente nosotros lo encontramos en perfecto estado. La bóveda de hormigón, salvo en los primeros metros por los que trasnscurria el agua, estaba intacta, y el suelo llano, sin baches ni agujeros, cubierto por una fina capa de polvo seco como si de la luna se tratara. Aún se veían perfectamente huellas que llevarían ahí bastante tiempo. Recorrimos exactamente un kilometro hacia dentro hasta el punto kilométrico 5,900 y nos dimos la vuelta. La boca del túnel apenas era un punto de luz a lo lejos. Toda una experiencia que quizá en el futuro y, si la seguridad ante todo lo permite, lleguemos un dia a cruzar de boca a boca. A la salida nos encontramos con un grupo de excursionistas con los que comentamos un poco el estado del túnel y seguidamente tomamos el camino que comienza junto a lo que era la pequeña estación hidroeléctrica para adentrarnos en el bosque de Churingrán. Tras unos metros subiendo un poco, nos salimos del senderuco para bajar el bosque hasta encontrar el río Aján, el que seguiremos. Encontramos el puente que lo cruza y continuamos por el senderuco utilizado por los pasiegos para llegar a sus prados y cabañas. Nos detuvimos en más de una ocasión para observar y curiosear alguna de ellas y estudiar el modo de arquitectura y vida pasiega. Pasadas unas cuantas cabañas encontramos la que puede ser la más bonita de todas, llamada la cabaña de Vegalasgubias, con un precioso soportal de madera como entrada. Junto a esa cabaña crece un árbol a la derecha del camino que nos indica el paso para llegar a la mejor cascada de las muchas que cuenta el bonito río Aján. Desafortunadamente, al fijarnos en la bonita cabaña nos despistamos y nos saltamos la gran cascada. Sin embargo, no perdimos la oportunidad de llegar y ver otros espectaculares saltos de agua encajados en la espesura de verdes intensos de la vegetación que nos rodeaba en todo el río. El camino estaba bastante embarrado y la humedad cada vez era mayor hasta el punto de convertirse en llovizna. Pese a todo disfrutamos mucho de la ruta. El valle se fue abriendo y salimos al grupo de cabañas que se llaman El Lastrón. Una gran roca, lastra que comparten el río y el camino da nombre al lugar. El momento difícil llego cuando, ya atravesadas varias cabañas, subimos a la carretera. No sabíamos donde habíamos dejado el coche exactamente. Arriba o abajo. Fijarse en los hitos kilométricos hubiese servido de ayuda pero este error de principiante nos hizo dar un para de medias vueltas hasta que finalmente tiramos para abajo y milagrosamente lo encontramos. Un lección aprendida. Subimos a por el otro coche y nos pegamos una buena comida en la Vega de Pas. Curiosamente en el restaurante tenían unas cuantas fotos del equipo de rodaje y actores de la película “La vida que te espera” que habíamos estado recordando. Comimos fenomenal y a buen precio y satisfechos dimos por concluída la jornada, lamentándonos de los que se la habían perdido. Otra vez será.

El Aján desde los Barracones

Meses después, el grupo de folk “El Hombre Pez”, sacó un videoclip de su tema “Amanecer en Yera” rodado en estos parajes de Yera y el Aján seguramente bien guiados por su bajista, Gerar, que conoció este bello enclave de Cantabria en esta ruta.

Grimpeur!

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